El Banco Mundial deploró que el gasto anual por alumno en la educación básica de los países de ingresos medios y altos es de US$1,080 y en los de bajos ingresos, es de apenas US$53.0.
El organismo internacional de financiamiento declaró que se hace necesario aumentar esos niveles de inversión para garantizar una educación de calidad para todos.
Explicó que durante el período 2022-24, es probable que la inversión bruta en las economías en desarrollo crezca un promedio de 3,5 %, es decir, menos de la mitad de la tasa que prevaleció en las dos décadas anteriores.
Agregó que alrededor de dos tercios de los niños en países de ingreso bajo e ingreso medio están en pobreza de aprendizajes, es decir que no pueden leer y entender un texto simple a la edad de 10 años.
De acuerdo al Banco Mundial, a pesar de las múltiples crisis y los desafíos sociales y económicos, la educación debe ser una prioridad política, porque hay que recuperar el aprendizaje, antes que el impacto de la pandemia deje una cicatriz permanente en los niños del mundo en desarrollo.
Dijo que promover el crecimiento, y recuperar las economías en América Latina y el Caribe implicar continuar invirtiendo en programas sociales y de infraestructura.
Amplió que los esfuerzos nacionales y globales para eliminar la pobreza de aprendizajes son críticos.
Citó que en la mayoría de los países la educación es un derecho consagrado en las constituciones, y es un elemento visible de todas las plataformas políticas.
Sin embargo, este derecho en algunos casos se cumple sólo parcialmente, porque un débil servicio educativo genera bajos niveles de aprendizajes, y en otros, la educación básica no es gratuita, o la experiencia educativa se ve interrumpida por situaciones de conflicto y violencia.
