Nicolás Maduro en más de cinco años se arriesgará a visitar un país democrático, por temor ser apresado ante las múltiples acusaciones que pesan en su contra por violación a los derechos humanos.
Maduro, quien viajará a La Argentina para participar en la cumbre de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC-, en el último lustro solo ha visitado naciones que están en conflicto con la democracia, como Cuba, Irán, Nicaragua, Rusia, Turquía, Egipto, Azerbaiyán y Argelia.
El gobernante de Venezuela es el único presidente de América Latina en tener un expediente abierto en su contra en la Corte Penal Internacional de la Haya, ante las constantes violaciones a los derechos humanos en que ha incurrido.
Otra de las razones por las cuales Maduro mantiene cierto cuidado de salir de territorio venezolano, es porque además la DEA de Estados Unidos ofrece una recompensa de US$15 millones por su captura, ante la acusación de vínculos con el Cartel de los Soles, una organización de narcotraficantes con sede en Venezuela y otros países de la región.
