La ola de violencia en Haití mantiene en alerta a los ciudadanos dominicanos que residen en la zona fronteriza de Jimaní, pese al reforzamiento de seguridad por parte de los cuerpos castrenses dominicanos.
A pesar de la presencia activa de las fuerzas militares, los ciudadanos de este lado de la frontera afirman que en los últimos días tienen que dormir “con un ojo abierto y el otro cerrado”.
La inquietud se extiende a la provincia de Elías Piña, donde los comerciantes están cada vez más preocupados por el rumbo que podría tomar la actividad económica de continuar la crisis en la vecina nación.
Ante el limbo en que se mantiene la población haitiana, y que ha sembrado en los que viven en los alrededores de la frontera una sensación de incertidumbre constante, los ciudadanos dicen esperar que la paz llegue pronto al país vecino.
