Por Narciso Isa Conde
La P.N. es irreformable y nada positivo se puede lograr bajo asesorías de USAID, FBI y las policías de Colombia, Chile y España.
Las nuevas graduaciones que comienzan a ingresar a sus filas vienen de esas escuelas y al entrar a un cuerpo moralmente degradado, con una alta oficialidad curtida en delitos, serán arropadas por esa subcultura.
Estado, poder constituido, partidos, gran empresariado, poder mediático y muchos componentes de esta sociedad, se tornan cada vez más clasistas, machistas, racistas anti haitianos, colonialistas, xenófobos, homófonos…, y eso tiende a envolver a los nuevos reclutas.
Ahora se agrega la gestación de bandas para-policiales articuladas a ese proceso.
Bandas ultra nacionalistas.
Originalmente vinculadas al Ramfis Trujillo
Fundamentalistas.
Vestidas de negro.
Discretamente armadas…
Con tubos que encumbren punzones para golpear y puyar.
Con palos de banderas preparados para agredir.
Prestas a quemar viviendas.
Inyectadas de un fanatismo violento contra toda expresión antirracista, feminista, anticolonial, solidaria con las luchas del hermano de Haití.
Protegidas por la PN y por las nuevos inquilinos del Palacio Nacional.
Con mucho poder ajeno -derivado de la PN, el Ministerio de Interior y el Poder Ejecutivo, para tratar de prohibir y reprimir actos y manifestaciones públicas.
Desde los doce años y el plan PEME-PLD no se veía algo semejante.
