El Primer Ministro de Bahamas abogó por una solución sostenible a la crisis que afecta a Haití, liderada por su propia gente, y apoyada por una fuerza multinacional de varias naciones.
Phillip Davis ratificó su decisión de no firmar ningún compromiso que impida deportar los inmigrantes a sus países, como ya lo hizo en la Cumbre de las Américas del año pasado, porque aunque son un pueblo compasivo, no pueden asumir nuevas cargas
Recordó que cuando las Naciones Unidas le pidió a las naciones del Caribe que detengan las deportaciones de los haitianos, él mantuvo su postura, de regresar a su país a esos inmigrantes, porque tienen retos muy serios, y recursos limitados con los que afrontarlos.
Davis insistió en que Bahamas apoyará gustosamente los esfuerzos para estabilizar la situación de Haití, pero que no puede aportar recursos, y no hará nunca acciones que tengan un mayor negativo en la economía y en sus comunidades.
El primer ministro bahameño enfatizó que tiene un plan integral para cortar el flujo de inmigrantes ilegales a su territorio, así como perseguir, identificar y repatriación a quienes entraron ilegalmente.
