El régimen socialista de Bolivia dejará de publicar las estadísticas sobre las reservas internacionales, y el Banco Central no venderá dólares, a pesar de haber prometido solventar la demanda de divisas para paliar la corrida contra el peso.
Bolivia atraviesa la peor crisis económica en 30 años, el sistema cambiario que rigió en los últimos 15 años atraviesa un agónico colapso, como habían pronosticado la mayoría de los economistas, ante la insostenibilidad de las políticas del “socialismo del siglo XXI”.
Los déficit fiscales crónicos y elevados obligaron al Banco Central de Bolivia (BCB) a monetizar una gran parte de la brecha que no pudo cubrirse con endeudamiento externo o interno, y para mantener fija la paridad cambiaria (y las expectativas de inflación) se debió incurrir en constantes intervenciones sobre el mercado cambiario.
Pero las reservas en divisas del BCB llegaron a un punto límite esta semana, y ya no son suficientes para seguir defendiendo la paridad cambiaria. Mientras corre peligro el ancla de la estabilidad de precios, el Banco Central dejó de publicar estadísticas oficiales en relación a las reservas desde febrero.
Asimismo, y frente a la brutal corrida contra el peso boliviano, la autoridad monetaria anunció la suspensión de ventas de dólares a partir de este miércoles 12 de abril, la cual se reanudará el próximo 1ro de mayo bajo un nuevo sistema de fichas numeradas.
Hasta entonces la entidad oficial dejará de vender dólares libremente, incluso a pesar de que el presidente del BCB, Edwin Rojas Ulo, había anunciado hace solo dos semanas que la institución se haría cargo de toda la demanda de divisas que pudiera suscitarse para “llevar tranquilidad”. La marcha atrás con los anuncios provocó el efecto diametralmente opuesto, y precipitó todavía más la corrida cambiaria.