The economist londinense se preocupa: ¿Responderá Occidente a la iniciativa de la Franja y la Ruta?



En el décimo aniversario del lanzamiento por parte de China de lo que ahora se conoce como la Franja y la Ruta, el Imperio Británico está de mal humor por su éxito y preocupado por cómo contrarrestarlo. En un artículo reciente, The London Economist se preocupa sobre el éxito de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

“En muchos sentidos, la BRI ha estado a la altura de las expectativas”, lamentan. «Más de 150 países, que representan casi el 75% de la población mundial y más de la mitad de su PIB, se han adherido al plan».

“China ha otorgado cientos de miles de millones de dólares en préstamos y subvenciones para ferrocarriles, carreteras y otras infraestructuras que de otro modo no habrían recibido financiación…

Mucho de esto ha sido bueno: muchos países necesitan urgentemente mejores carreteras”.

Y China está utilizando la BRI para “rehacer el orden basado en reglas”, se queja el periódico londinense. “Los destinatarios de su generosidad no enfrentan preocupaciones al estilo occidental sobre los derechos humanos o la corrupción. Aparecen puertos y centrales eléctricas, claramente etiquetados como proyectos respaldados por China. ¿Qué ofrecen, se preguntan los lugareños, los predicadores occidentales que se puedan comparar?

¡Buena pregunta! La mejor respuesta que se les puede ocurrir es el llamado de Biden en el G20 para que el Banco Mundial y el FMI hagan más por los países pobres y reflexionen sobre el plan del G7 para 2022 de 600 mil millones de dólares en infraestructura en países de ingresos bajos y medios. ¡No contengas la respiración!

The Economist dice que Occidente tiene que dejar de ser tacaño. No por el bien de los cientos de millones de personas que viven en la pobreza, sino “como una inversión en el orden basado en reglas o, si se vende mejor, como parte de una campaña para contrarrestar a China”.

La idea de colaborar con China u otras naciones de la Mayoría Global para trabajar juntas en infraestructura y desarrollo ni siquiera se les pasa por la cabeza. Esto se debe a que cualquier desarrollo que apoyaran tendría como único objetivo restringir la influencia de China.

“Y si repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres… y no tengo caridad, de nada me sirve”, escribió Pablo a los Corintios. En el caso de los británicos, ¡tampoco quieren sacar provecho de los pobres!

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