El 60% de envejecientes dominicanos tiene ingresos mensuales menores a RD$15,000



Según la Corporación Financiera Internacional (IFC), en América Latina, más del 8% de la población tiene 65 años o más. Se estima que para 2050 esta cifra se duplicará, alcanzando el 17.5%, y para finales del siglo superará el 30%. En República Dominicana, datos oficiales indican que la esperanza de vida al nacer ha aumentado en la última década (2011-2020), pasando de 72.04 años a 74.25 años, y se proyecta un crecimiento adicional hacia 2030 para alcanzar los 79.27 años.

Una nueva realidad que podría suponer oportunidades y desafíos. En el ámbito financiero, la Superintendencia de Bancos (SB) señala que la inclusión financiera efectiva de las personas envejecientes (PE) en el sistema financiero no solo es para garantizar su bienestar económico, sino que también contribuye al desarrollo de una sociedad más equitativa y comprensiva. Sin embargo, el bajo nivel de ingresos podría suponer una barrera significativa para este segmento poblacional.

Según la encuesta “Hacia un sector financiero inclusivo y sostenible”, realizada por la Superintendencia de Bancos (SB), el 60% de los adultos mayores encuestados indicó que reciben ingresos mensuales inferiores a RD$15,000, mientras que el 41% declaró que no trabaja. Un 20% señaló que tiene ingresos al mes de RD$15,000 a RD$30,000 y un 12% desde RD$31,000 a RD$50,000. En tanto, un 6% dijo tener de RD$1,000 a RD$10,000 mensuales.


“A medida que las personas envejecen, dependen más de ingresos fijos como pensiones o jubilaciones, lo que puede ser considerado como una fuente de ingresos menos estable para el acceso a crédito”, señala el documento como un posible obstáculo para el acceso al crédito de las personas envejecientes.

Otras trabas que subraya la encuesta son que las entidades de intermediación financiera (EIF) vean a las personas mayores como un riesgo mayor debido a posibles eventualidades de salud, menor capacidad de generar ingresos o incluso a una vida útil potencialmente más corta, lo que podría dificultar el pago de las facilidades de crédito en su totalidad.

“Otro factor que incide en la aprobación de un crédito es si la persona no ha mantenido un historial de crédito sólido a lo largo de su vida, esto puede dificultar el aplicar a créditos a una edad avanzada”, subrayó, al destacar que en los últimos años se ha observado una disminución en la cantidad de crédito comercial y de consumo a este segmento.

En cuanto a las garantías y colaterales, recalca que a medida que envejecen, algunas personas pueden tener menos activos que puedan utilizar como garantía para respaldar préstamos. Estas limitaciones, junto con primas de seguros más altas y requisitos más estrictos, contribuyen a la exclusión financiera de esta población.

Productos
El informe señala que el 8% y el 7% del total de créditos comerciales y de consumo otorgados en 2023 corresponden a personas mayores, respectivamente. Este comportamiento también se observa en el número de deudores. En términos de montos adeudados al final del año pasado, el 11% y el 8% correspondían a préstamos comerciales y de consumo.

La encuesta indica que el producto financiero que destaca más en esta población son las cuentas de ahorro con un 65%, mientras que las tarjetas de crédito representan un 16%, con una diferencia de siete puntos porcentuales a favor de las personas no mayores. Aunque los certificados de depósito son utilizados con mayor frecuencia por adultos mayores, con un 3%.

Uno de cada cuatro adultos mayores indica que su principal entidad intermediaria financiera ofrece servicios dirigidos a personas mayores de 65 años. Estos productos son principalmente préstamos al consumo (36%), tarjetas de crédito (34%) y cuentas de ahorro/corriente (22%).

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