El Día Mundial Sin Tabaco 2024 fue conmemorado en Santiago con un acto realizado en el Auditorio del TEP, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Campus de Santiago.
Bajo el lema “Proteger a la niñez de la interferencia de la industria tabacalera” varias
instituciones y distinguidas personalidades respondieron al la invitación hecha por la Facultad de Ciencias de la Salud de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y la Alianza Dominicana Antitabaquismo (ADAT).
El evento fue encabezado por la doctora María José Fernández, Decana de la Facultad de Ciencia de la Saludo de la PUCMM, quien dio las palabras de bienvenida a los asistentes, a nombre de esa alta casa de estudios.
De igual manera, las palabras a alusivas a la compenetración por parte del Ministerio de Salud Pública estuvieron a cargo del doctor Alberto Peña, director de la DPS II de Santiago y de la licenciada Marieta Diaz directora de la Regional 08, del Ministerio de Educación.
La presentación del tema del año del Día Mundial Sin Tabaco estuvo a cargo del doctor Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien, mediante un corto, pero muy puntual video expresó que el Día Mundial Sin Tabaco 2024 brinda una plataforma a la juventud de todo el mundo, que demandan que la industria tabacalera cese de dirigirse a este grupo con productos nocivos para su salud.
“La juventud de todo el mundo
está pidiendo a los gobiernos que adopten políticas que les protejan de las prácticas
manipuladoras de las industrias tabacalera y otras industrias afines, incluida la comercialización incesante de sus productos peligrosos a través de las redes sociales y las plataformas de streaming (transmisión)”, dijo.
El licenciado Samuel Reyes, director del Instituto Evangélico de Santiago, tuvo una partición testimonial sobre lo que está sucediendo con el consumo de productos de tabaco en las instrucciones educativas y en las fiestas de adolescentes. “En los colegios y escuelas esto se ha convertido en una verdadera epidemia y un dolor de cabeza para profesores y autoridades, sin contar que en muchas fiestas de los adolescentes los souvenirs son “vapes reales” que luego llevan a las escuelas», explicó.
