El desarrollo de las cooperativas en República Dominicana enfrenta un “estancamiento” en cuanto a la diversificación del cooperativismo. A pesar de contar con unas 2,332 cooperativas registradas, este sector muestra un avance limitado en áreas claves como las cooperativas de producción y trabajo, así como en las de servicios públicos, según indicó José Alejandro Rodríguez, director ejecutivo de la Asociación de Instituciones Rurales de Ahorro y Crédito (AIRAC).
Señala que este sector, que posee activos que superan los RD$387,958.8 millones y juega un papel fundamental en el desarrollo económico de las zonas rurales y comunidades vulnerables al facilitar el acceso a productos y financiamiento que muchas veces fuera del alcance de la banca tradicional, carece de fondos suficientes para fomentar las empresas cooperativistas en el país más allá de las cooperativas de ahorro y crédito.
“Hay una gran oportunidad que nuestra sociedad con las empresas cooperativas, pero las personas no saben que existe; los congresistas no saben que existe, ni las academias, ni los ministros y el Gobierno Central no parece que saben que existe a pesar de que la creó y los gobiernos municipales no saben que existe”, resaltó Rodríguez en una entrevista a elDinero.
Pocos recursos
No obstante, reconoció que el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop), organismo encargado de promover el cooperativismo, carece de los recursos necesarios para impulsar “como debería ser” no solo a las asociaciones de ahorro y crédito, sino también a otros seis tipos de cooperativas que son esenciales para el desarrollo de República Dominicana.
Citó las cooperativas de consumo (ofrecen productos y servicios); cooperativas agropecuarias, que contribuyen al desarrollo rural y a la seguridad alimentaria; y las cooperativas de ahorro y crédito, que brindan servicios financieros a sectores marginados.
Así como las cooperativas de servicios públicos (proporcionan acceso a electricidad, salud y educación). “Además, las cooperativas de producción y trabajo permiten que profesionales y trabajadores de diversas áreas, incluidos aquellos en oficios informales como plomeros, mecánicos, domésticos, jardineros y saloneras, se agrupen para crear una entidad que les permita mejorar sus condiciones laborales sin la carga impositiva que enfrentan como individuos”, señaló Rodríguez.
“El Idecoop debería ser un motor para fomentar estas empresas cooperativas”, recalcó el también experto en microfinanzas.
Destacó la importancia de modelos exitosos en otros países: en Alemania, el 50% de los supermercados son cooperativas; en Brasil, el 4% del sistema de salud se basa en empresas cooperativas; mientras que, en Estados Unidos, las cooperativas suministran el 12% de la electricidad y más de la mitad de su población es socio de una cooperativa.
Rodríguez también mencionó que en el país hay 11 cooperativas eléctricas que operan como prestadoras de servicios para las empresas distribuidoras de electricidad (EDE), pero cuestionó por qué no existen cooperativas en sectores como telecomunicaciones o salud. “La generación de riqueza a través del comercio cooperativo beneficia directamente a las comunidades”, afirmó.
Sin embargo, la falta de regulación y educación es un obstáculo significativo. “La mayoría de las personas evita la formalización por temor a los impuestos, pero se puede emprender a través de una cooperativa sin tener que pagar impuesto sobre la renta por las ventas”, indicó Rodríguez.
Regulación
Las cooperativas de ahorro y crédito se presentan como un modelo alternativo dentro del sistema mutualista dominicano, ofreciendo a sus socios beneficios y ventajas que, en ocasiones, no se encuentran en los bancos múltiples y en otras entidades de intermediación financiera, a menos que cuenten con un “buen aval” crediticio.
Sin embargo, la fortaleza y el manejo de estas entidades no son homogéneos, por lo que enfrentan desafíos en términos de regulación y fiscalización acorde a los nuevos tiempos. De hecho, algunas de ellas han enfrentado intervenciones por irregularidades, como es el caso de Coopherrera, involucrada en una presunta estafa que asciende a más de RD$2,500 millones.
Ante ese escenario, José Alejandro Rodríguez, director ejecutivo de la AIRAC, que agrupa a 17 cooperativas, enfatiza que “la regulación es un gran reto del sector cooperativista en República Dominicana”.
No obstante, afirma que las cooperativas de ahorro y crédito deben regularse por el órgano rector que exista en el país para esa actividad”, refiriéndose a la Superintendencia de Bancos (SB).
