Bukele niega torturas a migrante salvadoreño en prisión de máxima seguridad



Ábrego, deportado en marzo de 2025 pese a una orden judicial estadounidense que impedía su repatriación, relató haber sido sometido a golpizas, privación del sueño, desnutrición, hacinamiento extremo y exposición a luces brillantes durante su paso por la megacárcel salvadoreña construida para pandilleros.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, negó este jueves que el migrante Kilmar Ábrego haya sido víctima de torturas durante su estancia en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), como denunció el propio Ábrego en documentos judiciales presentados en Estados Unidos.

Ábrego, deportado en marzo de 2025 pese a una orden judicial estadounidense que impedía su repatriación, relató haber sido sometido a golpizas, privación del sueño, desnutrición, hacinamiento extremo y exposición a luces brillantes durante su paso por la megacárcel salvadoreña construida para pandilleros.

Bukele respondió a través de la red social X (antes Twitter), rechazando las acusaciones:
«Pero el hombre no fue torturado, ni perdió peso. De hecho, las fotos muestran que engordó durante su detención (…) ¿Por qué tiene tan buen aspecto en todas las fotos?», escribió el mandatario junto a un video con imágenes que, según dijo, muestran a Ábrego en distintos momentos de su reclusión.

El video, difundido por la presidencia, incluye escenas de celdas supuestamente grabadas entre el 16 de abril y el 30 de mayo, evaluaciones médicas, participación en el programa “Cero Ocio” y su regreso a Estados Unidos. Sin embargo, las instalaciones mostradas no coinciden con los pabellones del Cecot que han sido revelados públicamente.

Los abogados de Ábrego presentaron su testimonio ante un tribunal federal en Maryland, alegando que el migrante fue víctima de violaciones a sus derechos humanos pese a estar protegido por el sistema judicial estadounidense.

Bukele acusó a los medios y al sistema judicial occidental de dar crédito automático a las afirmaciones de “criminales” y afirmó que hay una campaña de desinformación en su contra. Por el momento, ni la Casa Blanca ni el Departamento de Estado han emitido una respuesta oficial sobre el caso.

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