Santiago de los Caballeros, República Dominicana
10 de julio de 2025
Señor
Luis Rodolfo Abinader Corona
Presidente Constitucional de la República Dominicana
Su Despacho.-
Asunto: Carta personal de juicio político y moral
Presidente Abinader:
Usted quiere ser recordado como el hombre que dejó un país mejor. Pero será recordado como quien, teniendo la oportunidad, eligió no cambiar nada.
No llegó al poder por su historia ni por su visión. Llegó porque, en un país agotado, se proyectó como una excepción: una figura sin escándalos ni vínculos turbios, que parecía capaz de gobernar con decencia.
Y esa fue su única ventaja: parecer distinto, sin demostrarlo nunca.
El país no esperaba milagros. Solo integridad, firmeza y el valor de romper con lo establecido. Pero usted no enfrentó al sistema. Se adaptó a él.
Lo que ofreció como gobierno fue administración sin alma. Decisiones dictadas por intereses ajenos. Silencios donde se necesitaba carácter. Y discursos donde se exigía acción.
No lideró un cambio. Supervisó la continuidad del deterioro. El costo de la vida se disparó. La inseguridad creció. La desigualdad se profundizó. Y usted lo permitió, sin mirar hacia abajo.
Ese es su legado. Esa es su herencia.
Usted no fue una víctima de las circunstancias. Fue cómplice de su permanencia.
La traición más grave no fue contra sus promesas. Fue contra la fe de un pueblo que, aun golpeado, eligió creer.
Usted no solo decepcionó. Falló cuando más se necesitaba que alguien no fallara.
Y no hay honor en fallar cuando se prometió luchar. No hay dignidad en traicionar la confianza de un pueblo que apostó por lo poco que le quedaba: la esperanza.
Eso, señor presidente, lo define.
Y no hay discurso, propaganda ni relato oficial que pueda esconderlo. Un país no cambia por sustituir rostros. No se transforma repitiendo la lógica de siempre con frases distintas. La verdadera ruptura no es estética, es estructural. Y usted, señor presidente, jamás entendió eso.
Su lugar no está entre los que construyeron patria. Está donde la historia arroja a los traidores.
Rosa Hernández
Ciudadana dominicana