En la última década, República Dominicana ha experimentado una transformación en el mercado de combustibles, impulsada principalmente por la transición hacia una generación eléctrica más limpia y el crecimiento económico.
De acuerdo con el economista Julio Sosa, esta evolución “significativa ha estado influenciada por factores económicos, tecnológicos y geopolíticos”. Citando al Banco Mundial, señaló que, en 2022, el 89.4% del consumo de energía en el país provenía de combustibles fósiles, lo que refleja una alta dependencia de estas fuentes.
“Sin embargo, se ha observado una tendencia hacia la diversificación de la matriz energética, con un aumento en la participación de fuentes renovables como la solar y la eólica”, indicó Sosa. Agregó que “esta transición ha sido impulsada por políticas gubernamentales y la inversión privada en proyectos de energía limpia, lo que ha contribuido a reducir la importación de combustibles fósiles y ha generado ahorros significativos para el país”.
Esta transformación se evidencia en el incremento del 106.2% en las importaciones de gas natural, que pasaron de 11,918,209 barriles en 2014 a 24,571,204 en 2024. En el caso del petróleo crudo, la importación se redujo un 7.15%, pasando de 9,685,707 a 8,993,004 barriles en el mismo período. En el caso de la gasolina, las importaciones pasaron de 4,860,297 barriles en 2014 a 11,348,489 en 2024, lo que representa un incremento del 133.49%.
El economista Henri Hebrard explicó que “normalmente, el consumo de energía va de la mano con el crecimiento económico, aunque no con la misma intensidad”. Esto se refleja en las estadísticas del Banco Central que indican las importaciones de combustibles aumentaron en un 42.3%, pasando de 52.4 millones de barriles en 2014 a 74.5 millones en 2024.
Hebrard indicó que, mientras las importaciones de combustibles crecieron un 42%, la economía dominicana lo hizo en un 58%. “En el caso de República Dominicana, el consumo energético crece como consecuencia del crecimiento económico”.
Según Hebrard, “el crecimiento entre 2014 y 2024 se relaciona claramente con el desarrollo económico y la expansión del parque vehicular”. Añadió que el cambio en los tipos de combustibles está vinculado principalmente al transporte y a la generación eléctrica.
Las estadísticas de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) muestran una alta demanda de combustibles. Entre 2014 y 2024, la cantidad de vehículos en el país aumentó un 82.25%, pasando de 3,398,662 a 6,194,057 unidades, principalmente motocicletas, automóviles y yipetas.
Gas natural
En los últimos 10 años, la principal característica en materia de combustibles ha sido el aumento en la demanda de gas natural. Hebrard destacó que el incremento del 106% se debe a su uso en la generación eléctrica. “Hoy en día, el principal combustible para generación es el gas natural, que representa alrededor del 40%”.
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Los datos reflejan que el gas natural ha desplazado al fuel oíl en la generación eléctrica. En 2014, este último representaba un volumen de 7,736,810 barriles, el cual se redujo a 4,392,489 en 2024. “Estamos hablando de una disminución del 43.23% en el consumo de fuel oíl para generación eléctrica”, precisó el economista.
Sosa destacó que la transición energética global hacia fuentes más limpias y sostenibles representa tanto desafíos como oportunidades.
No obstante, advirtió que “la transición requiere inversiones significativas, desarrollo de capacidades técnicas y un marco regulatorio favorable”.
Uno de los retos que enfrenta el país, según Hebrard, es la capacidad de almacenamiento de combustibles. “Ha sido un punto débil, ya que solo alcanzaba para 2 o 3 semanas. Además, la concentración geográfica lo hacía vulnerable a fenómenos naturales. Esto ha mejorado con el desarrollo del gas natural, gracias a importantes inversiones en el Este con nuevos tanques de almacenamiento”.
Precios
“Los subsidios han sido utilizados por el Gobierno para mitigar el impacto de las fluctuaciones internacionales sobre la economía local”, afirmó Sosa.
Para Hebrard, “el hecho de que el país haya logrado mantener congelados los precios desde 2022, a pesar de los picos internacionales, ha permitido mitigar, e incluso anular, los efectos en la economía”.
Sin embargo, puntualizó que esto ha tenido un costo fiscal, ya que el subsidio representa un gasto “considerable”. “Sin esta política, el GLP se habría vendido por encima de RD$200”.
Combustibles
Como país importador, República Dominicana es vulnerable a factores externos. Por ejemplo, la pandemia de covid-19 redujo la demanda de combustibles debido a las restricciones de movilidad y la desaceleración económica. Posteriormente, la recuperación global y la guerra entre Rusia y Ucrania provocaron un aumento en los precios del petróleo, encareciendo las importaciones y afectando los precios internos.
“Estos eventos han evidenciado la vulnerabilidad del país y la necesidad de estrategias para mitigar estos impactos”, señaló Sosa.
Por ello, recomendó implementar estrategias para fortalecer la seguridad energética, como la diversificación de fuentes, creación de reservas estratégicas y acuerdos con múltiples proveedores.
