La oscuridad no es un accidente, es un negocio.



DR. ISAÍAS RAMOS

Los apagones no son casualidad ni castigo divino. Son la prueba de un Estado capturado por intereses que convirtieron la electricidad en negocio de pocos y tormento de todos. Cada apagón desnuda la mentira de un sistema hecho para drenar recursos públicos y saquear la nación, beneficiando a unos pocos a costa de la miseria de millones de dominicanos.

Cuando se va la luz, no solo se apaga un bombillo: se apaga la tarea del niño, la nevera del colmado, la máquina del taller, el sueño de la enfermera que vuelve de madrugada. Esa oscuridad es la factura de un sistema que roba tiempo y futuro.

Por más de dos décadas se han malgastado más de 30 mil millones de dólares en “subsidios”. No es una cifra contable: es la condena de un pueblo a pagar por un modelo poco fiable, costoso e insostenible. Con la mitad de esos recursos —menos de 20 mil millones de dólares— se podría construir en el país un sistema de energía renovable de 20 mil megavatios, dejando hidroeléctricas y plantas fósiles solo como apoyo, mientras el sol y el viento —dones de Dios— impulsan nuestra economía.

Lo más impactante: con este modelo, la tarifa eléctrica se reduciría a la mitad de lo que paga hoy el pueblo, con un sistema confiable, competitivo y sostenible, ahorrando unos 3 mil millones de dólares al año en divisas. Con una tarifa así, empresas, agroindustrias, turismo y manufactura producirían con costos más bajos, ganarían mercados y exportarían más: más divisas, inversión y empleos. ¿Qué significa pagar la mitad? Que Doña María duerme con el abanico encendido, el colmado no pierde mercancía y las industrias trabajen sin parar. Media tarifa menos es media vida más.

Nuestra Constitución proclama un Estado Social y Democrático de Derecho. ¿Qué Estado de Derecho se respeta cuando la electricidad se niega como si fuera un lujo? Negar energía confiable es negar derechos: al estudio, al trabajo, a la salud, al descanso y al desarrollo y progreso de la nación. No es lujo. No es privilegio. Es un derecho.

Siempre las mismas excusas: que hace calor, que el sargazo, que la chichigua, que sin los privados no se puede. Mentira tras mentira. Los países serios planifican reservas, diversifican su matriz y blindan sus redes. Aquí, en cambio, sobran pretexto y falta luz.

Este caos no es casual: es la pieza central de un plan para desprestigiar la gestión pública, desvalorizar lo estatal y entregarlo a élites “a precio de chatarra”, incluso mediante “fideicomisos” que privatizan rentas y socializan riesgos. Eso tiene un nombre: atraco a la nación.

La inversión de capital hoy es pírrica y, cuando aparece, no busca el bienestar del pueblo: prepara el terreno para esas transferencias. No producimos combustibles fósiles. Nuestra riqueza no está bajo tierra; está en el cielo. Mucho sol y mucho viento. Pero seguimos amarrados a barcos de fuel, gas y carbón que hipotecan nuestro futuro.

El Frente Cívico y Social propone un giro radical y responsable: 10 mil MW eólicos en los sitios ya estudiados, 10 mil MW solares, e integración con hidroeléctricas y plantas fósiles como respaldo flexible. Con esta visión garantizamos 24/7 y soberanía energética, reducimos 50% la tarifa, ahorramos miles de millones y liberamos recursos para educación, salud y producción nacional.

Al bajar el costo de la energía, el tejido productivo eleva su productividad, mejora la balanza de pagos y convierte divisas gastadas en combustibles en divisas generadas por exportaciones. Esto puede lograrse en 4 a 6 años si gobiernan hombres y mujeres que van al poder a servir, no a saquear.

Sabemos que con esta partidocracia servil a intereses privados poco podremos lograr. Pero si el pueblo se empodera y, junto a candidaturas independientes comprometidas con el Estado Social y Democrático de Derecho, se levanta en unidad, liberaremos la patria de este Estado corporativo, clientelar y de privilegios.

En 2015, la Universidad Autónoma de Santo Domingo advirtió lo que hoy sufrimos: un sistema distorsionado, opaco y fragmentado que jamás daría luz confiable (Informe UASD, 2015). Fue un diagnóstico claro y una propuesta seria, cercana al interés nacional. Hoy el Frente Cívico y Social asume esa verdad y la convierte en compromiso: transformar la oscuridad en luz, el despilfarro en inversión y la miseria en dignidad.

Que no nos roben la noche. Que no nos roben el futuro. Que no nos roben la patria. Conquistar la luz es conquistar la patria, vencer las tinieblas y devolverle al pueblo lo que por derecho le pertenece: dignidad, justicia y esperanza. Apagones no; derechos sí. La energía no es lujo ni privilegio: es un derecho. ¡Despierta RD!

Autor: Presidente- fundador del Frente Cívico y Social (FCS) y de la Fundación Foro Cívico y Social (FFCyS) Santo Domingo D.N.

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