«Wednesday»: un adelanto de segunda temporada de la serie de Netflix que reconfigura el mito Addams



La actriz Jenna Ortega revela que en esta temporada «no hay lugar para romances típicos», una decisión consciente que apunta a una Wednesday más introspectiva, menos interesada en códigos narrativos tradicionales y más dispuesta a confrontar su propia oscuridad

En la era de los universos expandidos, de los multiversos reciclados y las reinvenciones nostálgicas, pocas series han logrado establecer una identidad tan marcada como «Wednesday», la versión gótica, sardónica y profundamente contemporánea del universo Addams.

Lo que comenzó como una apuesta arriesgada de Netflix bajo la dirección de Tim Burton y la interpretación de Jenna Ortega, se convirtió en un fenómeno cultural. 

Ahora, con una segunda temporada en camino, las expectativas no solo están a la altura, sino que se multiplican con cada declaración que sale de los labios de sus protagonistas.

Durante la rueda de prensa para presentar la nueva temporada, las declaraciones de Jenna Ortega, Catherine Zeta-Jones y el propio Burton ofrecen una ventana fascinante no solo hacia el proceso creativo de la serie, sino también hacia la evolución de un personaje que, por primera vez en décadas, ha dejado de ser sólo una caricatura macabra para convertirse en una figura de identidad y resistencia.

«Wednesday ya no necesita que la entiendan», afirma Jenna Ortega con una convicción que no deja lugar a dudas. 

La actriz, que en la primera temporada no solo llevó el peso dramático de la serie, sino que también se involucró activamente en las decisiones creativas, ha sido promovida a productora ejecutiva. 

Esta evolución no es anecdótica; es un reflejo del tipo de autonomía y agencia que Ortega ha encarnado dentro y fuera de la pantalla.

Jenna Ortega revela que en esta temporada «no hay lugar para romances típicos», una decisión consciente que apunta a una Wednesday más introspectiva, menos interesada en códigos narrativos tradicionales y más dispuesta a confrontar su propia oscuridad. «Queremos una historia que se sostenga por su universo, no por sus triángulos amorosos», enfatiza.

Esta mirada sugiere una madurez narrativa inusual para una serie adolescente, y marca una ruptura con el molde clásico de protagonistas femeninas definidas por su relación con los demás.

Tim Burton, por su parte, no ha perdido el encanto por los marginales. «Siempre me he sentido identificado con los personajes que no encajan del todo», admite con esa melancolía lúdica que caracteriza su obra desde Edward Scissorhands hasta Big Fish. 

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