El sable láser de Darth Vader arrasa en una subasta histórica y se convierte en la pieza más valiosa de Star Wars



El sable de luz original de Darth Vader utilizado en El Imperio contraataca y El retorno del Jedi se ha vendido por más de 3,5 millones de dólares en una subasta celebrada en Los Ángeles, convirtiéndose en la pieza de Star Wars más valorada jamás adjudicada. Se trata del ejemplar principal de las escenas de combate y ha sido verificado plano a plano con el material rodado para acreditar su autenticidad.

   Propstore, la casa de subastas especializada en piezas de cine, televisión y cultura pop que organizó el evento, ha confirmado las cifras de venta de la pieza empuñada en pantalla por el actor David Prowse y el maestro de esgrima Bob Anderson, responsable de las coreografías de sable en la saga. Su condición de utilería (empleada en primeros planos y duelos clave) y la trazabilidad resultaron en una puja ganadora de 2,9 millones de dólares, cantidad que ascendió hasta un montante total de 3.654.000 dólares con la comisión del comprador, superando así la estimación previa de la casa fijada entre 1 y 3 millones.

   «Las piezas auténticas de sables de luz que han sobrevivido de la trilogía original son extremadamente raras, y para Propstore es un honor presentar este artefacto histórico en nuestra subasta de septiembre. Es una pieza de nivel ‘santo grial’, digna de las mejores colecciones del mundo«, declaraba Brandon Alinger, director de operaciones de Propstore.

   La venta del arma de Vader llegó acompañada por otros lotes de películas icónicas: el sable de Anakin Skywalker usado por Hayden Christensen en las precuelas se adjudicó por 126.000 dólares (casi el doble de su estimación); el látigo y el cinturón de Indiana Jones y la última cruzada alcanzaron los 475.650 dólares; la flauta ressikana de Jean-Luc Picard vista en Star Trek: La nueva generación llegó a 403.200 dólares; y el depósito con mochila del lanzallamas de Rick Dalton de Érase una vez en… Hollywood subió hasta 346.500 dólares.

   La operación refuerza el atractivo de Star Wars en el coleccionismo de cine. Ahí quedan hitos como el droide R2-D2 «con piezas de rodaje» adjudicado por 2,76 millones de dólares en 2017, el bláster de Han Solo de El retorno del Jedi que alcanzó 550.000 dólares o el sable de Luke Skywalker vendido por 450.000 dólares. El nuevo récord de Vader consolida el liderazgo del universo creado por George Lucas en las subastas internacionales.

   Pocas reliquias condensan tanto icono y mito como el arma del Lord Sith por excelencia, símbolo del lado oscuro y del duelo padre-hijo que vertebra la saga. Su salto del plató a la vitrina certifica el viaje de un objeto ya histórico que, como otros «santos griales» de Hollywood, pasa a ocupar un lugar privilegiado en la memoria del cine y del mercado.

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