Tasa, clima empresarial, incertidumbre y psicología política en la crisis narrativa

Por Cándido Mercedes

“El Big Data es un instrumento psicopolítico muy eficiente que permite adquirir un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación.

Se trata de un conocimiento de dominación que permite intervenir en la psique y condicionarla a un nivel prerreflexivo”. (Byung-Chul Han: Psicopolítica).

Kristalina Georgieva, directora del FMI, llegó a decir que “la incertidumbre es la nueva normalidad”. Hace exactamente un año, ese importante organismo mundial evacuó un informe donde auscultaron que, en los últimos 60 años, no habíamos asistido a tantos niveles de incertidumbre. A partir del 21 de enero del presente año, con la llegada al poder de Donald Trump, la incertidumbre y con ella, la crisis de la confianza, se aceleraron.

La triada que conforman la instalación humana, a lo largo de la historia, sigue operando, empero, ellas mismas se desconfiguran para dilatar a la certeza. Miedo, esperanza e incertidumbre se han desconfigurado, dándole más espacio y más “aciertos” a la perplejidad, lo cual hace emerger al miedo con mayor intensidad. El resultado por el momento es el eclipse de la esperanza, el declive del optimismo y la añoranza del pasado, no importa que ese pretérito haya sido una mancha a un ayer que no es posible; derivando en un discurso y acción de exclusión e ideologizado, campo fértil para la ausencia de razonabilidad y racionalidad.

Es ahí donde entran la Psicopolítica y la crisis de la narrativa que se erige, se levanta en el discurso de la economía dominicana. Se preguntan los apologistas de aquellos que erigen sus “verdades” sin buscar todas las variables: ¿Por qué la economía recibirá US$46,000 millones de dólares como resultado de remesas, turismo, zonas francas e inversiones extranjeras directas (IED)? Entonces, ¿no hay crisis con respecto a los factores exógenos?

Lo que ocurre es que la economía dominicana no va a crecer a su nivel de potencial porque ningún país del mundo va a crecer en sus dimensiones anteriores, con la sola diferencia de Guyana. Ya el Foro Económico Mundial lo estableció hace más de un año, que nos encontrábamos en presencia de una poli crisis que concurren simultáneamente y en el que se ha acelerado la desconfianza como resultado de la Psicopolítica y de la crisis de la narrativa, donde la subjetividad comporta una mayor estelaridad.

En el caso de la sociedad dominicana, la incertidumbre internacional y las medidas monetarias de los Estados Unidos, repercuten en los inversionistas dominicanos para ampliar y realizar nuevos negocios. La tasa de la Reserva Federal de los Estados Unidos hace que en nuestro país sea más alta, lo cual restringe el acceso a crédito para las empresas.

Así como cada ser humano responde de manera diferente frente a un mismo hecho y una misma realidad, sucede con los países, una misma incertidumbre y medidas monetarias hacen que los actores económicos reaccionen de manera distinta en cada país. En el nuestro por varios factores:

1) Estamos en presencia de un mercado monopólico y oligopólico.
2) La diversidad de nuestra economía de mercado.
3) Las áreas económicas de cada país que más inciden en el PIB.
4) La competitividad de un país. Su grado de productividad, de innovación.
5) El tamaño del mercado.
6) La capacidad de exportación de esa economía. Los rubros que las caracterizan y las envuelven.
7) La economía y su grado de valor a través del capital humano, el talento humano. Esto pauta las características de las empresas y la presencia de empleos cualificados, para evitar la precarización de los empleos.
8) El peso del mercado informal y de la informalidad laboral.

En Dominicana la aceleración de la incertidumbre y de las tasas de interés gravitan enormemente, haciendo que los empresarios sean menos audaces, lo cual se verifica de como el clima empresarial que llegó a estar en algunos momentos en 62.2 (2023), 64.7 (2024), en el 2025 nos encontramos en un 54.0, la más baja de las percepciones de los empresarios en los últimos cinco años. Clima empresarial y crecimiento de la economía están altamente correlacionados.

Pero, ¿qué es el Índice de Clima Empresarial? Es un indicador que “Mide las percepciones de los empresarios sobre el clima para invertir, la economía nacional e internacional, la situación de su empresa y sobre la rama o subsector de actividad en que opera dicha empresa”.

La tasa de interés alta, para neutralizar y mitigar la de la Reservas Federal, así como la incertidumbre y la guerra de los aranceles, ralentizaron el ritmo de inversión del sector privado, en una economía en que ellos representan el 85% del PIB. Insistimos, no es la inversión pública per se lo que motoriza y matiza el crecimiento de la economía.

Del 2004 al 2012 existieron en esos 8 años, 4 en que la economía no creció más de 3. En el 2012 la inversión fue de un 4% del PIB, con un déficit de más de RD$160,000 millones de pesos, el mayor en la historia de la economía dominicana, sin que hubiese crisis nacional ni internacional.

No obstante, la economía dominicana creció 2.5%.
Actualmente, en nuestra sociedad, parte de los actores políticos: 40% que votaron en contra del partido en el poder, más una franja significativa que emocionalmente y sentimentalmente no es de ninguno, expresan de una u otra manera, su invalidación al actual statu, más allá de toda pertinencia objetiva. Al contrario, esta última no importa.

Adicionemos que un 44% no acudió a las urnas por diferentes causas: apatía, abulia, enfermedad, la distancia para ir al centro de votación, no tenía dinero para trasladarse. Bosqueje que un significativo porcentaje de periodistas y comunicadores e “influencers” que sus condiciones materiales de existencia, que en los 16 años “disfrutaron” de puestos, jerarquías y dinero no están en la pirámide.

El resultado es un coctel “complicado” donde ellos hacen de cualquier necesidad una enorme “complejidad”. Verbigracia: La tasa del dólar. Viven en el pasado con los movimientos de esta. No obstante, en ningún momento se ha salido de los parámetros establecidos, planificados, por las instituciones. De igual manera, como una gente seria, sana, me puede decir que ayer un plátano, un huevo, costaba tanto, menos y hoy…. ¡Una vulgar manipulación!

Lo correcto es determinar si hoy puedo comprar más plátanos, más huevos, con mi sueldo, que ayer. Esa es la objetividad, la búsqueda del correcto proceder, por encima de mis intereses particulares y personales. Una repuesta al bien común.

El juego de la politiquería, de una partitocracia añosa, envejecida en la búsqueda del poder se afinca en lo meramente coyuntural, en la mentira que recorre 7 veces más la velocidad que la verdad. En medio de la infoxicación y de la infodemia, postea cualquier discurso sin penetrar en las honduras de la confianza y en el daño que le hacen a la sociedad.

Sabedores del rol de los medios y de las plataformas, porque como nos dice Gustavo Cardoso “Los medios sociales son el aglutinante que une todas las demás herramientas de comunicación disponibles, que actúa como el nodo que los conecta en una red de comunicación y que da lugar a la comunicación en red o, si se prefiere al modelo de comunicación de nuestra sociedad, la sociedad en red”.

Estamos en presencia de una atrofia del pensamiento crítico, que como llegó a decir Sartori, pasamos del Homo sapiens al Homo videns. En aquella oportunidad Sartori subrayaba que el homo videns era aquel “que sabe por quién ve, al que solo llegan imágenes y que, recluido en la pasividad de su sofá, ha perdido la capacidad de abstracción de pensar. Ya no lee, solo ve”.

Hoy, la encrucijada es peor. Nos encontramos en las redes, que crean fans (fanáticos). Con ello, se crea falsa realidad.
Nos encontramos de frente con la Psicopolítica, que ha trascendido la Biopolítica de Michel Foucault, la Necropolítica de Achille Mbembe. La Psicopolítica es allí donde “la libertad y la comunicación ilimitadas se convierten en control y vigilancia”. Abunda Byung-Chul Han en su libro Psicopolítica “También los medios sociales se equiparan cada vez más a los panópticos digitales que vigilan y explotan lo social de forma despiadada”.

Continua Byung-Chul Han “El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos. Así, la entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad íntima. Ahí reside la eficiencia del panóptico”. En la Psicopolítica “El sujeto sometido no es siquiera consciente de su sometimiento. El entramado de dominación le queda totalmente oculto.

La Psicopolítica expresa, en síntesis, como el Neoliberalismo y las tecnologías digitales transforman la libertad en una herramienta de autoexploración y sometimiento”. Aquí ya no es la coacción biológica, corporal, somática, es el control de la psique. Se trata, en una verdadera singularidad, de cómo en la Psicopolítica, las emociones y la subjetividad son transmutadas, instrumentalizadas para lograr los objetivos propuestos. Por eso, el Me gusta es el amén digital del siglo XXI.

Más allá del dataismo, lo que hay en el mundo no es solo la infoxicación, la infodemia, el fake news, el junk news, la manipulación y la desinformación, es el curso del dominio del capitalismo digital y, con ello, de la sociedad digital con nuevas formas de relaciones e interactuaciones sociales. Para los creadores del Tecnofeudalismo (Yanis Varoufakis), no les importa dónde está la verdad. Se deriva lo que Byung-Chul Han denomina “La crisis de la narrativa”.

La crisis de la narración trae consigo la “pérdida del poder de las narrativas para dar sentido, orientación y comunidad a la vida en sociedad contemporánea”. Es el grado de subjetividad sin límite, coadyuvando a niveles de desorientación y simplicidad pavorosa. La crisis de la narración lleva en su entraña lo que el filósofo surcoreano y alemán llama Storytelling. El Storytelling no es el retorno de la narración. “Más bien sirve para instrumentalizar y comercializar las narraciones”.

Se concatena con la sociedad del simulacro, del espectáculo, con la sociedad líquida en que nos encontramos, para generar, en medio de un cambio epocal, una normalización de la incertidumbre, que deriva en un nuevo clima epocal.
Los actores políticos del mundo, con énfasis en la sociedad dominicana, sufren de manera geométrica de la crisis de la narración, con un Storytelling que desfigura las informaciones.

Se expresan de manera “efímera, arbitraria y consumible. Son incapaces de dar estabilidad a la vida”. Hemos asistido a dos eventos recientes que destacan la crisis de la narrativa, de los relatos sin datos, de un decir que se borra mañana, pues no contienen ni pertinencia y la objetividad sobrevuela en los cauces perdidos.

La cárcel de Las Parras y la defensa de Danilo Medina. Roberto Santana, con un excelente capital reputacional, destrozaría al ex presidente, sin proponérselo. Solo con señalar las intervenciones, los cambios de diseños, y transformaciones. Pero, está como veedor social el reputado jurista dominicano Jorge Subeo Isa. ¡Un hombre de Estado! Así mismo, el caso de la marcha de la Fuerza del Pueblo.

Fue una marcha social, de reivindicaciones, empero, constituyó, al mismo tiempo, una marcha político-electoral. Solo hay que ver el discurso de cierre del presidente de ese partido al terminar la jornada del domingo 30 de noviembre.
La Junta Central Electoral reconoció como la propia Constitución ampara el derecho de reunirse, de marchar, pero, el artículo 308, numerales 4 y 5 de la Ley 20-23 del Régimen Electoral, valida la intimación al establecer los límites.

La respuesta de esa importante organización partidaria ha sido la frágil y frecuente exposición de la crisis narrativa, que envuelve a todo el sistema de partidos.

¡El gran abismo entre realidad, normas y cultura política lo están llevando a un verdadero autocanibalismo, a una ostensible autofagia!

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