Riesgos climáticos, crisis social y salud mental, principales preocupaciones globales para 2022

Un informe de Riesgos Globales 2022 asegura que a corto plazo preocupan las diferencias sociales, las crisis de formas de subsistencia y el deterioro de la salud mental. Mientras que a largo plazo los principales riesgos se relacionan con el clima

Experto considera que la crisis climática sigue siendo la mayor amenaza a largo plazo que enfrenta la humanidad

Los riesgos climáticos dominan las preocupaciones mundiales a medida que el mundo entra en el tercer año de pandemia, según revela un informe de Riesgos Globales 2022 , mientras los principales riesgos a largo plazo se relacionan con el clima y a corto plazo, las diferencias sociales, las crisis de formas de subsistencia y el deterioro de la salud mental.

Los principales riesgos son la crisis climática, las crecientes diferencias sociales, los peligros cibernéticos, la recuperación global desigual y las presiones migratorias, ya que la pandemia persiste, reseña una nota de prensa de la firma Marsh.

Según una encuesta mundial de expertos, solo uno de cada seis es optimista y solo uno de cada diez cree que la recuperación mundial se acelerará. Además, la mayoría cree que la recuperación económica global será volátil y desigual en los próximos tres años.

Los desajustes económicos y sanitarios están agravando las divisiones sociales. Esto crea tensiones en un momento en el que la colaboración dentro de las sociedades y entre la comunidad internacional será fundamental para garantizar una recuperación mundial más rápida y uniforme», dijo Saadia Zahidi, Managing Director del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés).

Para Peter Giger, director de riesgos de la empresa de seguros Zurich, la crisis climática sigue siendo la mayor amenaza a largo plazo que enfrenta la humanidad. Considera que si no se actúa en relación con el cambio climático, el producto interno bruto mundial podría reducirse en una sexta parte.

El documento anima a los líderes a pensar fuera del ciclo de informes trimestrales y a crear políticas que gestionen los riesgos y den forma a la agenda para los próximos años. Llega a la conclusión de que «para resolver estos problemas sistémicos, los líderes mundiales deben adoptar una respuesta coordinada multisectorial, incluso si las posibilidades para cooperar se reducen».

El informe finaliza con reflexiones sobre el segundo año de la pandemia del COVID-19.

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