—Ramón Vargas
Me quito el sombrero y créanme, la gafa también, ante los jóvenes que nos representaron en el campeonato sub‐20 de fútbol para definir las selecciones que representarán la CONCACAF en el mundial de Indonesia y los olímpicos de París.
Este logro (la clasificación) no tiene presedente, y por la importancia y trascendencia, sólo es comparable a la primera medalla de oro ganada por Félix Sánchez en unos juegos olímpicos.
Es sabido que el fútbol es el deporte más seguido y practicado en el mundo; nosotros, sin ninguna tradición en ese deporte, éramos incluso objeto de burlas; a tal punto que un técnico brasileño, cuando se le preguntó por el fútbol dominicano dijo: «los muchachos de mi barrio, en el patio de mi casa juegan mejor fútbol que la selección de aquí». Y no dejaba de ser realidad; en el ranking mundial de las selecciones que los practican, ocupabamos uno de los últimos lugares de los casi 200. Incluso éramos goleados por las pequeñas islas caribeñas.
Estos jóvenes, en los que nadie creía, llegaron a Honduras donde se jugaba la serie y nadie apostaba un peso por ellos. Dejaron en el camino selecciones de países con mucha tradición como: México, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Jamaica, Panamá, ect. Todo esto demuestra la calidad de los y las atletas de la República Dominicana, que en los últimos años compite en el primer nivel en distintos renglones del deporte como: Voleibol, Baloncesto, Atletismo, Judo, Pesas, etc.; no hablo del béisbol porque ahí, sencillamente, libras por libras y metros por metros somos los mejores.
Debemos sentirnos orgullosos que de un país de apenas 48 mil km cuadrados y 10 millones de habitantes, seamos capaces de competir y trascender contras grandes potencias. Esos jóvenes son héroes y merecen un reconocimiento al más alto nivel. Esos atletas sub‐20 son los que mañana estarán al frente de la selección superior. Hay que apoyarlos y protegerlos ellos son nuestros mejores embajadores.
Demostrado está que nuestros jóvenes sólo necesitan apoyo y oportunidades. Gracias muchachos por verlos y disfrutarlos y hacerme sentir orgulloso de ser dominicano. Somos pequeños de tamaño, pero el corazón no cabe en todo el Continente….
