300 ¿Están sentenciados a desaparecer los partidos políticos?



Isidro Toro Pampols

Un “partido” es una parte de un todo y, en política, es un segmento de la población que aspira dirigir al conjunto. El concepto de partido ha evolucionado desde la Antigüedad hasta nuestros días. Ahora la interrogante es si la organización partidista tendrá futuro y en caso de respuesta positiva, cómo será esa realidad.

No es lo mismo el “partido de Sila” en la Roma tardo republicana del siglo I a C., a los partidos modernos que se crearon tras la Revolución Industrial y el surgimiento del proletariado como clase social en la Europa y los Estados Unidos del siglo XIX. Incluso, estos han tenido una evolución al punto que la mayoría, al menos en nuestras latitudes iberoamericanas, se han desdibujado ideológicamente.

La Revolución Industrial, recogiendo las ideas de la Ilustración hechas parcialmente realidad con los cambios sociales adelantados por las revoluciones de la época, aunado a un acelerado desarrollo científico y tecnológico, ha devenido hacia el concepto de posthumanismo originado en los campos de la ciencia ficción, la futurología, el arte contemporáneo y la filosofía, al punto que toma cuerpo la hipótesis de un nuevo prototipo de ser humano, tema que genera interesantes debates.

Desde finales del siglo XIX se trabaja la idea de los beneficios que provendrían de las aplicaciones de las ciencias avanzadas a la biología humana. El planteamiento lo formaliza en el siglo XX un movimiento cultural que tiene como objetivo transformar la condición humana mediante el desarrollo y aplicación de tecnologías que mejoren las capacidades tanto física, como psicológicas e intelectuales, corriente denominada transhumanismo. Esto trae una gran discusión ética.

En 1973 David Rockefeller funda una organización internacional privada la cual reúne periódicamente a un centenar de dirigentes empresariales de la economía capitalista de América, Europa y Asia. La organización se autodenomina “Comisión Internacional para la Paz y la Prosperidad”, pero es conocida como “Comisión Trilateral”. Las características de esta agrupación han despertado numerosas conjeturas que alimentan teorías de conspiración, particularmente las que apuntan hacia la conformación de un “Nuevo Orden Mundial”. Esta Comisión Trilateral no es la única en su estilo, hay inclusive algunas más antiguas como el club Bilderberg fundado en 1954 o el Consejo de Relaciones Exteriores (Council of Foreign Relations) fundado en 1921 e integrado por algunos antiguos secretarios de estado de los EE UU, directores de la CIA, banqueros y otras figuras. Visto así, no son pocos los grupos que se dedican a pensar sobre como se relacionarán las personas y los países en el tiempo y como la tecnología marca el destino del planeta.

Hoy se habla de la inteligencia artificial (IA) o la inteligencia llevada a cabo por máquinas, del Internet de las cosas (IdC), que es la conexión de internet más con objetos que con personas, controlando y ordenando el acceso a datos en servicios específicos como la educación, seguridad, asistencia sanitaria y el transporte, entre otros campos de la cotidianidad. El flujo de data a través de las computadoras hará la toma de decisiones más rápida y el ser humano participará poco o nada. Ya se habla de programas que definirán quienes serán los mejores candidatos para ocupar las funciones públicas. Así como se establece un baremo para evaluar algo o alguien, la automatización nos dirá el resultado sin que nosotros opinemos. La llave maestra la tendrá quien diseña el programa informático y correrá el mismo e incluso si lo hará otra máquina.

Para cada comunidad la ciencia nos dirá que necesita y quien puede hacerlo mejor. Hacia allá nos llevan. ¿Es parte del “Nuevo Orden Mundial” ?, es posible. ¿Están sentenciados a desaparecer los partidos políticos? Sea usted el juez. Si Ud. cree que no, entonces ¿cómo serán? De mi parte, creo que los partidos podrán adaptarse y ejercer algunas funciones. Veremos.

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