BM prevé una caída de la economía dominicana del 0.5 por ciento para este año

 
 
 
El Banco Mundial proyecta que la economía para América Latina y el Caribe se desacelere hasta el 1,3 % en este año 2023, pero que podrían recuperarse en 2,4 %, en el 2024. 
 
En el caso de la República Dominicana, el organismo financiero internacional revela que terminó el pasado 2022 con un crecimiento de 5.3 por ciento, y para este prevé una caída de 0.5 por ciento, que concluirá con 4.8 por ciento. 
 
El Banco Mundial explicó que esta desaceleración refleja tanto los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación, como los efectos secundarios de un panorama mundial poco auspicioso. 
 
Prevé que con el lento crecimiento de Estados Unidos y China, se reduzca la demanda de exportaciones, mientras que el aumento de las tasas de interés estadounidenses probablemente implique que las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas. 
 
 Las proyecciones indican que la lentitud del crecimiento mundial incidirá en los precios de los productos básicos, lo que debilitará la relación de intercambio de América del Sur. Según las previsiones, la inversión regional disminuirá este año como consecuencia del aumento de los costos del financiamiento, la escasa confianza empresarial y la fuerte incertidumbre normativa. 
 
Proyecta que en este año el crecimiento mundial se desacelerará al 1,7, el tercer ritmo más débil en casi tres décadas, solo opacado por las recesiones mundiales de 2009 y 2020. Esta desaceleración se debe en parte a la aplicación de políticas restrictivas destinadas a frenar la alta inflación.  
 
De acuerdo al organismo financiero el choque negativo, como una mayor inflación, políticas más restrictivas o tensión financiera, podrían empujar a la economía mundial a una recesión, por lo tanto, se requieren medidas inmediatas para mitigar los riesgos de recesión mundial y sobreendeudamiento. 
 
 También es esencial que los responsables de la formulación de políticas se aseguren que el apoyo se focalice en los grupos vulnerables, las expectativas inflacionarias se mantengan bien ancladas y los sistemas financieros sigan siendo resiliente.  
 
Los mercados emergentes y las economías en desarrollo enfrentaran diversos factores adversos, en medio de una alta inflación generalizada y una rápida desaceleración del crecimiento mundial. Las previsiones de crecimiento para los próximos dos años se han deteriorado en todas las regiones desde junio de 2022.  
 
Las políticas monetarias y las condiciones financieras restrictivas están afectando el crecimiento, especialmente en América Latina y el Caribe, Asia meridional y África subsahariana. Se proyecta que la desaceleración en las economías avanzadas afectará particularmente a Asia oriental y el Pacífico y a Europa y Asia central, a través de los efectos secundarios del comercio. 
 
 Los precios de la energía persistentemente elevados merman las perspectivas para los importadores de energía en todo el mundo. Los riesgos están sesgados a la baja en todas las regiones, y entre ellos se encuentran las posibles turbulencias financieras, nuevas crisis de los productos básicos, el empeoramiento de los conflictos y los desastres naturales.

Comparte esto!