Gottfried Leibniz (1646-1716), el fundador de la ciencia de la economía física y la verdadera inspiración de la Revolución Americana, habría estado encantado con el anuncio de ayer:
La propuesta de doce puntos del gobierno de China, denominada “Posición de China sobre la solución política de la crisis de Ucrania”, es un paso sustancial, por parte de la economía más poderosa del mundo, hacia un diálogo por una paz internacional duradera.
Es una poderosa contribución intelectual a lo que ha sido ofrecido por el Vaticano y el Papa Francisco, y por la nación de Brasil. Congruente en todos los aspectos esenciales con los Diez Principios para una Nueva Arquitectura Estratégica y de Desarrollo de Helga Zepp-LaRouche, es un producto, no de esquemas geopolíticos, sino de algo mucho más profundo.
“De hecho, es difícil describir cuán bellamente todas las leyes de los chinos, en contraste con las de otros pueblos, están dirigidas al logro de la tranquilidad pública y al establecimiento del orden social, de modo que los hombres se vean perturbados en sus relaciones como lo menos posible.
Ciertamente, por su propia acción, los hombres sufren los mayores males y, a su vez, se los infligen unos a otros… ¿Qué mal, entonces, si alguna nación ha encontrado un remedio (para estos males)?
Ciertamente, los chinos, por encima de todos los demás, han alcanzado un nivel más alto… Tan grande es la obediencia hacia los superiores y la reverencia hacia los mayores, tan religiosa, casi, es la relación de los niños hacia los padres, que, para los niños tramar algo violento contra sus padres, incluso de palabra, es casi inaudito, y el perpetrador parece expiar sus acciones…. Además, hay entre iguales, o aquellos que tienen poca obligación entre sí, un respeto maravilloso y un orden establecido de deberes.
Para nosotros, no suficientemente acostumbrados a actuar por la razón y la regla, esto huele a servidumbre; sin embargo, entre ellos, donde estos deberes se hacen naturales por el uso, se observan con gusto.” [Escritos sobre China ]
Los determinantes culturales de una cultura lingüística diferente y el enfoque de la nación para la formulación de políticas a veces pueden producir, desde el exterior, una capacidad para que la humanidad vea una solución a un problema aparentemente insoluble de una manera completamente diferente a la que otros pueden ver o eligen ver. él.
Al igual que con la solución del problema de duplicar el cuadrado, planteado por Sócrates en el diálogo Menón de Platón , una vez que se descubre la solución, es “completamente obvia”, mientras que momentos antes era “completamente insoluble”.
Para que la anglosfera emerja de su impulso aparentemente inevitable e imparable hacia la guerra termonuclear, culpando a todos y a todo menos a sí misma, como con el asunto del oleoducto Nord Stream, nos vemos, por un momento, como miles de millones en todo el mundo, que no son miembros. de los “mil millones de oro” transatlánticos, no solo deben vernos, sino experimentarnos.
El asesinato sistemático de naciones, llamado política exterior; el asesinato depredador de familias, medios de subsistencia y mano de obra calificada avanzada, llamada política financiera; el asesinato de la infancia y la imaginación llamado “cultura del entretenimiento”; el asesinato de la cognición y la creatividad llamado “política de drogas” y “reforma educativa”; el asesinato del libre pensamiento llamado “cultura de la cancelación”; el asesinato de la conciencia llamado “política de sanciones”, todos se derivan de la misma enfermedad terminal culturalmente determinada: que hay demasiada gente, son una sucia huella de carbono y una plaga en la Tierra, que no tienen derecho, “lamentablemente”, a desarrollar, que alguien debe ser el guardaparques de la raza humana “para salvar el planeta”, porque, como dice el Club de Roma dijo en 2001, “el verdadero enemigo es la humanidad misma”.
La «humanidad», es decir, los de África, Asia y América del Sur demasiado ignorantes para aceptar el objetivo de reducir voluntariamente sus poblaciones, deben ser conducidos por la anglosfera «cargada pero responsable» a la guerra, incluso a la guerra termonuclear, si «el estado de derecho» es prevalecer sobre el caos de la “jungla” que el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, advierte que se debe mantener a raya: “Europa es un jardín.
Hemos construido un jardín…. El resto del mundo, y lo sabes muy bien, Federica [Mogherini], no es exactamente un jardín. La mayor parte del resto del mundo es una jungla,
Ante esta caracterización y las políticas resultantes, el mundo no europeo ha dicho, aunque a veces en silencio, «No, gracias». Hasta ahora, eso es. La sección dos de la propuesta de China sobre Ucrania dice: “La seguridad de un país no debe perseguirse a expensas de los demás.
La seguridad de una región no debe lograrse fortaleciendo o ampliando bloques militares. Los intereses de seguridad legítimos y las preocupaciones de todos los países deben tomarse en serio y abordarse adecuadamente.
No existe una solución simple para un problema complejo. Todas las partes deberían, siguiendo la visión de una seguridad común, integral, cooperativa y sostenible y teniendo en cuenta la paz y la estabilidad a largo plazo del mundo,ayudar a forjar una arquitectura de seguridad europea equilibrada, eficaz y sostenible. Todas las partes deben oponerse a la búsqueda de la propia seguridad a costa de la seguridad de los demás, evitar la confrontación entre bloques y trabajar juntos por la paz y la estabilidad en el continente euroasiático”.
China ha propuesto que no se puede formular una política de paz eficiente que no comience desde el punto de vista de la humanidad en su conjunto.
China ha encontrado así una forma sublime de revertir la política, la premisa y la práctica de la “exclusión china” que ha sido un axioma tácito de la práctica geopolítica anglosajona desde la época del siglo de la humillación (1839-1949).
Al proponer venganza o reparaciones, Xi Jinping de China, con múltiples propuestas, incluidas la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Salud Global y la Iniciativa de Seguridad Global, ha propuesto soluciones particulares, pero universales, como en la “Posición de China sobre el arreglo político de la situación” de ayer. “Crisis de Ucrania” propuesta.
China ha superado en pensamiento no solo a sus enemigos, sino a los verdaderos enemigos de la humanidad en general, para la guerra termonuclear,
China se ha convertido en la economía más productiva de la Tierra porque ha tenido el coraje de cambiar sus axiomas. Ahora ha actuado con valentía para cambiar los axiomas de los demás. La burla con la que se ha recibido su propuesta, al igual que con la respuesta a la exposición de Seymour Hersh sobre la verdad del atentado con bomba en Nord Stream, es prueba de su eficacia; varios “jardineros” europeos y estafadores americanos lo han denunciado, algunos sin siquiera leerlo.
La propuesta de paz de China, sin embargo, habla no solo a, sino para, quizás 5 mil millones de la población mundial, quizás más, y claramente para la mayoría de la humanidad que ha decidido abandonar la arena romana del aventurerismo militar angloamericano. Ya nadie quiere comprar una entrada para ese espectáculo de muerte de gladiadores.
Entonces, al negarse a esperar o pedir el permiso de Europa o los Estados Unidos, China, la economía más productiva de la Tierra, ha asumido un papel civilizador mundial, desafiando a la moralmente senil «Global Britain» y sus tontos pero letales Calibans. del Departamento de Estado de los Estados Unidos, la “prole grosera y tosca” de Sullivans, Price y Nulands, “los bombarderos locos de Foggy Bottom”.
El trabajo de Seymour Hersh, y de otros estadounidenses involucrados, como brazo nacional del Instituto Internacional Schiller en los mítines, simposios e intervenciones recientes, puede reventar la burbuja de desorientación que, si se levanta de las cabezas de las poblaciones del trans- El sector Atlántico y particularmente los Estados Unidos, pueden permitir que la verdad, aplastada temporalmente en la Tierra en esa nación, se eleve nuevamente.
Este fin de semana, en muchas ciudades de Alemania, Francia y otras naciones,
