Discriminación política contra los envejecientes




Isidro Toro Pampols

El año 2016 Raúl Castro, de 84 años para ese momento, propuso en la apertura del Congreso del Partido Comunista Cubano que los lideres deberían retirarse a los 70 años.

Ese mismo año, la secretaria de Análisis Político del partido español de izquierda marxista Podemos, Carolina Bescansa, planteó que, si todo el electorado fuera menor de 45 años, el líder de su agrupación política «Pablo Iglesias sería presidente del Gobierno».

O sea, su afirmación nos permite inferir que, al menos por ella, los mayores no deberían tener el derecho al voto.

Edadismo es un término acuñado en 1969 por el famoso gerontólogo Robert Butler para referirse a los estereotipos y prejuicios relacionados con la edad.

La misma está ligada, como entendemos, a la vejez y el envejecimiento, nuestras relaciones intergeneracionales y cómo mantenemos estereotipos y prejuicios sobre las personas mayores, lo que limita la comprensión de la diversidad y heterogeneidad de la longevidad.

Creer que todas las personas mayores están enfermas o son un estorbo, por citar dos ejemplos, se convierten en actitudes que afectan la forma en que interactuamos con ellos, cómo percibimos sus capacidades o limitaciones, o cómo los valoramos y reconocemos.

El presidente del gobierno de España Pedro Sánchez anunció el año 2021 que “el nuevo Gobierno supone una renovación generacional.

La edad media del anterior Ejecutivo era de 55 años y la del nuevo será de 50 años”, es decir, Pedro Sánchez considera que ser mayor de 55 años es algo perjudicial para las ejecutorias del Gobierno y que es positivo para el país ese cambio.

Es difícil suponer que el señor Sánchez no comprenda que la juventud no es un valor añadido, que el punto se centra en quienes vayan a desarrollar una responsabilidad deben estar bien preparados, no debe ser por ser joven o adulto mayor, sino ser competente independientemente de la edad biológica.

En los Estados Unidos está consagrado el voto como un derecho fundamental desde el año 1886 gracias a una sentencia del Tribunal Supremo del país.

En los países democráticos las prohibiciones al ejercicio del sufragio están taxativamente señaladas por las leyes. Eso debería comprenderlo la señora Bescansa.

Hay argumentos que traen a la mesa de discusión el tema de la edad en política. De acuerdo con investigaciones el 75% de los jóvenes entre 18 y 24 años de Reino Unido eligieron la opción de “quedarse” en el referendo sobre la permanencia en la Unión Europea.

La elección de “salir” fue votada por los mayores de 50 años. Las consecuencias de este hecho aún se discuten en Gran Bretaña.

En República Dominicana se institucionalizaron una serie de beneficios en favor de los envejecientes mediante la Ley 352-98 promulgada por el presidente Leonel Fernández y allí se pautan los derechos de los adultos mayores y se crea el Consejo Nacional de las Personas Envejecientes.

Esta iniciativa, aunada a políticas públicas en favor del sector, es de importancia capital vista no solamente desde el ángulo de los beneficiados, sino del partido que las promueve.

No olvidemos que para el año 2024 cerca del 39% la población dominicana habrá alcanzado la condición de adulto mayor.

De lo anterior se desprende la importancia de la iniciativa del senador Franklin Peña, de la Fuerza del Pueblo, quien introdujo el año pasado un proyecto que busca modificar la precitada Ley 352-98 y la 5-13 sobre Personas con Discapacidad.

Esta semana el Senado aprobó en segunda discusión el proyecto de reforma a la Ley 352-98.

El senador por San Pedro de Macorís, entre varias mejoras, busca institucionalizar que se destine el 3% del presupuesto de salud a ese sector y fortalecer la atención comunitaria y hospitalaria de los envejecientes.

Quizás el único partido en República Dominicana que tiene una secretaria orgánica dedicada a formular políticas públicas orientadas hacia los envejecientes sea la Fuerza del Pueblo.

Es un hecho que el sector ha sido menospreciado pero cada día tiene mayor peso en la población, especialmente cuando estudios señalan que aproximadamente el 90% de los adultos mayores están en plena condiciones físicas y psicológicas.

Afortunadamente ni el señor Raúl Castro ni los españoles Pedro Sánchez o Pablo Iglesia gobiernan en nuestro país.

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