Ramón Vargas
(Dedicado al amigo Luis Felipe Ramírez).
El irreparable tiempo lo coloca todo en su justo lugar. De ahí la sabia sentencia: dale tiempo al tiempo. Finalmente, es la historia la que da el veredicto definitivo. Me reprochaba el referido amigo algunos puntos de mi artículo: «todos los caminos conducen a Pekín».
El terremoto creado por las declaraciones del francés, Enmanuel Macrón, en Occidente, luego de su regreso del viaje a Pekín, es la mejor respuesta a mi escrito.
Para entender un poco la compleja realidad que vive el mundo hoy, donde los cambios en el orden geopolítico tienen características tectónicas con los aliados de ayer (siendo rivales de hoy), en un proceso irreversible de formación de nuevos centros de poder que cuestionan seriamente el dominio unilateral de Estados Unidos y sus vasallos de Europa, sólo se puede entender en su real dimensión, obviando las informaciones que ya no son simplemente parciales, sino tóxicas y difamatorias de los medios que responden con mentiras sobre verdades y venden victorias donde hay derrotas. La solución es leer todo y buscar la lógica de cada cosa.
Hoy, las redes (afortunadamente) evitan el monopolio de la información, ya no es tan fácil controlar los acontecimientos a través de los medios tradicionales…
El Bloque Occidental terminará rompiéndose en su propia estructura; los intereses de Francia y Alemania no son los mismos de las pequeñas repúblicas bálticas, que necesitan un matón que las defienda. La guerra en Ucrania tenía como propósito (por parte de Estados Unidos), contener a Rusia y debilitar la competencia industrial, especialmente de Alemania. ¿Qué dijo Macrón? «Europa no puede dejarse arrastrar por un conflicto de Washington y Pekín». Y agregó: «tenemos que diferenciar nuestros intereses de los Estados Unidos, ese conflicto (de Norteamérica y China por Taiwán), no responde a nuestros intereses».
Esas declaraciones provocaron la reacción inmediata de varios medios y centros políticos de Washington; incluso, uno de los halcones que llegó de Cuba con los pies mojados, el senador Marcos Rubio, emplazó a que los europeos digan si los comentarios del francés es el pensar de los europeístas, amenazando con cortar la ayuda a Ucrania y que ellos asuman el costo del conflicto.
Las contradicciones apenas comienzan, en los próximos meses seremos testigos de grandes acontecimientos, el mundo no se dejará arrastrar tan fácil a una guerra que a todos nos perjudica. Es Norteamérica, si no cambia que finalmente quedará aislada con dos o tres de sus incondicionales.
Ucrania y Taiwán están en la frontera de Rusia y China, a más de 10,000 kilómetros del Norte de América… pretender mantener conflictos a la distancia para que otros pongan los muertos y paguen los costos, no es sostenibles en el tiempo. Los chinos les están infligiendo una derrota peor que la de Taiwán a los norteamericanos; mientras el Norte propone guerra, Pekín habla de paz. De ahí toda la actividad que estamos viendo en la capital de China, y que tiene a Washington totalmente a la defensiva. Al plan (exitoso) de paz para Teherán y Riad, siguió el plan para Ucrania y luego, algo impensable hasta hace poco: un plan para resolver el conflicto de Israel y Palestina.
Estas dos últimas propuestas no son tan fáciles de aplicar, pero coloca a Norteamérica en una posición difícil, ya que está agotada y es parte de los conflictos, más aún en un mundo donde la palabra paz y el rechazo a la guerra, es la música que necesitamos y queremos.
