David Beckham exhibe su enfermiza obsesión por la limpieza en su nuevo documental



El exfutbolista David Beckham siempre se ha caracterizado por ser muy metódico en todo lo que hace. Sin ir más lejos, el británico consiguió forjar una carrera legendaria al tiempo que compaginaba su labor deportiva con facetas tan variadas como la de modelo, diseñador, inversor inmobiliario y propietario de un club de fútbol, el Inter de Miami, sin descuidar por ello sus responsabilidades como marido y padre de cuatro hijos.

Esa actitud ambiciosa y hasta perfeccionista también se ha visto reflejada en el ámbito doméstico. El que fuera jugador del Manchester United y el Real Madrid se presentó hace ya unos años como un amante de la limpieza y el orden en su hogar, aunque lo cierto es que atribuyó parte de esa dinámica a un trastorno obsesivo-compulsivo que le lleva a ser excesivamente minucioso en su pulcritud. Ahora, esa parcela tan íntima de su existencia se verá reflejada en un nuevo documental de Netflix que ahonda en su día a día junto a su mujer, la diseñadora Victoria Beckham, y los cuatro retoños que tiene el matrimonio: Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper.

El propio David aborda con total transparencia algunas de los efectos más llamativos de su obsesión, que se manifiesta especialmente por la noche y cuando toda su familia duerme plácidamente. «Limpio muy bien, y no creo que mi esposa lo aprecie demasiado, siendo honesto», presume en un primer momento sobre su eficacia. «Cuando todo el mundo está ya en la cama, me doy una vuelta y limpio las velas, ajusto la intensidad de las luces y me aseguro de que todo está en su sitio», revela con naturalidad. «Odio levantarme por la mañana y encontrarme tazas, platos y boles sucios. Pero es extenuante tener que limpiar a fondo cada una de las velas», añade.

La delgada línea entre ser un amo de casa obstinado o preocupantemente maniático se difumina cuando el exdelantero habla del nivel de precisión con el que, cada noche, saca brillo a las citas velas. «Preparo la cera, limpio a fondo el cristal. Lo que más odio son esas manchas del humo que se quedan alrededor de la vela… Lo sé, soy muy raro», concede en una de las entrevistas que contiene el programa. Es en ese momento cuando interviene Victoria, no para quejarse de las excentricidades de su marido, sino para subrayar que ella siempre le amará tal como es. «Eres perfecto y aprecio todo lo que haces», le dirige. «¿Por qué suena tan sarcástica siempre que dice eso?», replica un escéptico David.

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