Venezuela atraviesa un nuevo estallido inflacionario después de fracasar todos los intentos de la dictadura chavista por estabilizar la economía con distintos programas que han puesto en marcha desde el 2019.
El último intento de estabilización inició entre marzo y abril de 2021, y perduró hasta julio de 2022. Pero el programa se ha agotado completamente, a un año de las elecciones en que el régimen piensa consolidarse.
De acuerdo al Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) los precios minoristas escalaron un 20,2% en febrero pasado, respecto al período precedente, después de haber aumentado un 39,2% en enero y 37,2% en diciembre de 2022.
El aumento mensual de los precios promedió el 29,6% desde noviembre, evidencia una violenta aceleración en comparación al promedio de 4,6% observado entre noviembre de 2021 y febrero 2022.
La inflación interanual volvió a remontar al 537,7% en comparación con febrero de 2022, retornando al nivel más alto de los últimos dos años.
Febrero conformó el sexto mes consecutivo de aumento en la tasa de inflación interanual, y esta métrica acumuló un salto de casi 423 puntos porcentuales en comparación a la inflación observada en agosto de 2022 (estimada en el 114,1% según el OVF).
La nación suramericana acumuló un salto inflacionario del 67,7% solamente en el primer bimestre del año 2023. El promedio de precios para el rubro de la salud aumentó un 15,8% en febrero, la indumentaria subió un 13,5%, y los artículos de equipamiento y mantenimiento del hogar aumentaron un 15,1%.
La inflación en Venezuela se acerca al 423 durante este año
