El vídeo en el que se observa a un soldado ruso decapitando a un combatiente ucraniano vivo y enseñando su cabeza ensangrentada, provoca una repulsa internacional, porque se trata de una violación a la ley de guerra.
El activista ruso de derechos humanos Vladimir Osechkin aseguró que el vídeo es auténtico, basándose en testimonios de excombatientes de la empresa militar privada Wagner, quienes reconocen a sus colegas en el vídeo.
Este acto de salvajismo no sería un caso aislado en las fuerzas armadas rusas. En el pasado, se han publicado vídeos de miembros de Wagner cometiendo atrocidades en Siria, como asesinatos y desmembramientos.
En marzo de 2023, otro vídeo mostró a soldados rusos ejecutando a un prisionero de guerra ucraniano desarmado. Rusia persigue una “solución final” en Ucrania, llevando a cabo un genocidio.
Se han documentado violaciones, ejecuciones masivas de civiles y cámaras de tortura en todo el país, especialmente en zonas como Bucha e Irpin.
La decapitación es un recordatorio de que la Rusia de Vladimir Putin no es un simple Estado autoritario. Es un Estado criminal que, al igual que la Alemania nazi, sólo cesará en sus actos de barbarie si se le fuerza a ello.
La decapitación del soldado ucraniano es solo un ejemplo más del horror perpetrado por las fuerzas armadas rusas en Ucrania. Estos actos de barbarie ponen en evidencia la naturaleza criminal del régimen de Putin y su incompatibilidad con los valores de Occidente.
