La ex directora de Impuestos Internos, Germania Montás estimó que la mejor forma del control tributario descansa en regular la facturación.
Montás explicó que desde el surgimiento del ITBIS existe la posibilidad de exigir facturas con ciertas informaciones y formalidades, para documentar las transacciones que constituyen hechos económicos, que pueden ser tipificados como generadores del impuesto, y de los deberes formales de los contribuyentes detallados en el código tributario;
Agregó que sin embargo, es cuando surge el reglamento de comprobantes fiscales en el 2006 que la administración tributaria dispone de un sistema de control de facturas, cuando la mayoría de los países de la región lo hicieron en la década de los 70-80.
“Posteriormente se continúa con las impresoras fiscales orientadas al comercio minorista, denominadas luego soluciones fiscales. Aunque en ese momento muchas administraciones tributarias de la región comenzaban el camino de la facturación electrónica”, explicó.
La también economista amplió que el objetivo de las Administraciones Tributarias con la implementación de la factura electrónica, es mejorar el cumplimiento tributario de los contribuyentes a partir de informaciones oportuna de terceros.
Añadió que hay estudios que demuestran que el nivel de cumplimiento de los contribuyentes aumenta cuando la administración cuenta con informaciones reportadas por terceros que permiten contrastar los datos que el mismo reporta.
“Desde la implementación del número de comprobante fiscal (NCF) se dispone de una base de datos que contiene las informaciones recibidas electrónicamente, que soportan las compras y ventas de los contribuyentes”, subrayó Montás.
Agregó que existe una base de información de ingresos que provee el emisor de las facturas y el receptor de las mismas ambos por medios electrónicos. Sin embargo, no es una información disponible y validada en tiempo real.
Apuntó que se debe fortalecer el control de facturas fraudulentas ya que uno de los retos que enfrentan los sistemas de facturación es garantizar que existan mecanismos para validar eficiente y oportunamente los datos de la factura y el riesgo del emisor y su receptor.
“De forma que se reduzca la posibilidad de utilizar facturas fraudulentas. Las facturas electrónicas por su característica de ser un proceso en tiempo real generan una gran posibilidad de limitar el uso de las facturas fraudulentas”, insistió la ex directora de la DGII.
Montás explicó que las facturas fraudulentas lesionan las recaudaciones, simulando la comercialización o prestaciones de servicios que realmente no existieron, o usurpando la identidad de contribuyentes reales en operaciones falsas.
Tercero, las informaciones obtenidas en tiempo real facilitan la fiscalización, en la medida en que puedan usarse efectivamente.
¿Cómo funciona en general?. Se trata de una factura emitida por el vendedor o prestador del servicio firmada electrónicamente y que viaja al cliente o receptor, haciendo uso de un formato xml, que pasa por una pasarela tecnológica
de la Administración tributaria que verifica el contenido y emite algún código de veracidad o trazabilidad. XML es un formato estándar basado en texto con separadores para representar y organizar información de manera que pueda ser útil para intercambio.
¿Se necesita una Ley? Existen disposiciones que permiten implementar este proyecto sin necesidad de disponer de una Ley. La Ley puede convertirse en un elemento que vuelva inflexible la implementación de un proceso tecnológico que seguro requerirá ajustes
Ya la Norma 1-20 permitió inciar el proceso de implementación y seguro ha generado conocimiento. Por eso la mayoría de los países no necesitó una Ley especial, pero si no incorporar en el código tributario las disposiciones para reglamentar la facturación.
/Esta herramienta también plantea retos a la administración: garantizar la disponibilidad y capacidad de la plataforma tecnológica, fortalecer la seguridad cibernética y crear capacidades en los técnicos para gestionar la información para la fiscalización.
Para los negocios puede generar ventajas, por ejemplo, relacionadas con la disminución de tiempos de procesamiento de registros de compras y costos y reducción de papel.
Finalmente, les dejo este cuadro, con algunos países del área, en el cual se observa que, los países con factura electrónica, necesitaron en promedio 9 años para generalizar su uso.
