La politóloga Rosario Espinal declaró que aunque la inmensa mayoría del pueblo dominicano está a favor de la política de “manos dura” que aplica el país con la militarización y cierre de frontera con Haití, en realidad lo que ha estado ocurriendo es preocupante.
La catedrática universitaria explicó que en Haití la situación es sumamente precaria en términos económicos, sociales y políticos, además, de que se trata de un país sumido en una crisis institucional y política.
“Compartimos esta isla por factores históricos, por la lucha colonial entre Francia y España, es decir que compartimos esta isla no por una decisión de los haitianos o de los dominicanos, que han tenido diferentes niveles de desarrollo, Haití en algún tuvo mayor nivel de desarrollo, en los tiempos recientes la República Dominicana”, agregó.
La cientista social explicó que los problemas entre ambos pueblos comenzaron desde la Era de Trujillo, cuando se comenzaron a traer braceros haitianos para el corte y tiro de la caña de azúcar, luego que la economía dominicana crece y se diversifica, aumenta el trasiego de indocumentados hacia este lado de la isla.
“No fue que en la frontera se instalaron ONGs a presionar a la República Dominicana, o que soldados de Estados Unidos, Canadá o la Unión Europea se instalaron en la frontera, sino que el país ha permitido a los inmigrantes haitianos por los empleos”, explicó la analista social.
Agregó que al mismo tiempo al país le ha convenido que sea una inmigración indocumentada, porque los explota desde el punto de vista laboral, pagan el salario que les venga en gana, son más vulnerables y por razones políticas la mantienen sin documentos.
“Esa ha sido la estrategia dominicana, que es nefasta, porque tienes una masa poblacional de inmigrantes sin derechos, peor aún, esas personas sin derecho tienden a estar en edad reproductiva, tienen hijos que nacen en el territorio dominicano de inmigrantes indocumentados, y no pueden convertirse en ciudadanos porque cerraron todas las opciones constitucionales para que se puedan convertir en dominicanos”, añadió la profesora Espinal.
Dijo que esta situación tiene un segmento de la población hijos de indocumentados “atrapados y sin salidas”, porque hablan español, sólo conocen el territorio dominicano y no pueden viajar a otros pueblos, porque carecen de documentos.
Asimismo descartó que los indocumentados haitianos le quiten empleos a los dominicanos, porque tradicionalmente se ocupan de los trabajos duros que los nacionales de ninguna manera quieren asumir.
Rosario Espinal expresó que la República Dominicana no puede apelar al mundo victimizando, “porque se metió por sí misma en la boca del lobo”, porque permitió una inmigración indocumentada para ganar en el empleo.
