Economía “gig”: opción laboral que prolifera en América Latina



Hace alrededor de dos años el mercado laboral empezó a evolucionar. Ante la crisis sanitaria del covid-19, cerca de 31 millones de personas quedaron desempleados en América Latina y el Caribe, lo que dio paso a las plataformas digitales como fuente de ingresos flexible.

La economía gig (gig economy) o trabajo individual es un formato que surge para generar ingresos fuera del empleo tradicional, en la cual una persona se encarga de realizar una tarea específica y cobra este servicio de forma independiente, según define el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Prefiero mi puesto de trabajo actual, porque tengo más flexibilidad y más oportunidades de conseguir otros ingresos”, asegura Ivana Polanco, quien labora para una plataforma de alojamiento. Destaca que tiene la facilidad de obtener recursos económicos y equilibrar su vida personal y profesional a través de esta modalidad laboral.

De acuerdo con un estudio de Economist Impact, se calcula que la economía remota podría elevar hasta un 10% la productividad a nivel mundial. Además, estima que aportará alrededor de US$2.6 billones al producto interno bruto (PIB) de la región en los próximos 10 años.

En tanto, las formas más comunes en que se presenta la economía “gig” son servicios de reparto de comida, transporte, alojamiento, mudanzas o limpieza, los cuales se expanden cada vez más en República Dominicana. Y no es para menos, ya que generan flexibilidad laboral y es un medio de empleo inclusivo.

Para el economista Richard Medina, el teletrabajo beneficia a la economía, lo que implica menor desplazamiento y congestión. Además, permite que las personas hagan nomadismo digital, es decir, que se vayan a un destino turístico nacional o internacional y pueda trabajar remotamente. Añade que esto permite tener acceso a empleados de alto nivel, aunque residan en otros países.

La asesora empresarial Circe Almánzar coincide con Medina en que a través del teletrabajo las empresas tienen la oportunidad de emplear personal más capacitado, por lo que la compañía puede ser más competitiva en el mercado. Resalta que hay mayor productividad, porque no se detiene el trabajo.

“El hecho de que las empresas tengan trabajo continuo y flexibilidad laboral garantiza mayor economía de escala, productividad, eficiencia y competitividad, tanto para la empresa como para el trabajador, es decir, es un ganar-ganar”, destaca Almánzar.

El sector servicios es el que más se adapta para los trabajos flexibles, y es uno de los pilares de la economía local. Conforme con los datos del Banco Central dominicano (BC), la actividad aportó, durante enero-junio de 2023, RD$1 billón 835,624 millones al producto interno bruto (PIB), lo que significa un 57.2%. Además, es el sector de mayor generación de empleos en el país.

Flexibilidad laboral
Desde los 19 años, Nicole Martínez trabajó como asistente en un puesto de oficina; sin embargo, se preguntaba por qué debía cumplir con un horario de ocho horas frente a un escritorio y realizando la misma labor día tras día. En un momento vio la oportunidad de trabajar remoto en una empresa internacional como asistente virtual.

“No lo pensé y me inscribí de inmediato, me emocionaba la idea de conocer distintos mercados y empresas en diferentes países”, dice. En este tipo de trabajo, en promedio, sus ingresos pueden ascender a RD$80,000 mensuales.

Según los datos de Statista, en 2019 el número de asistentes virtuales alcanzó 3,200 millones a nivel mundial, mientras que en 2020 fue 4,200 millones, lo que significa un aumento de 31.2%. Para el 2024 se prevé que la cifra se ubique en 8,400 millones, es decir, que la cantidad duplique a la del 2020.

Martínez afirma que tiene tiempo para hacer lo que le gusta y eso “no tiene precio”.

De acuerdo con el BID, en América Latina y el Caribe alrededor de siete de cada 10 empresas reportaron estar usando actualmente algún arreglo de trabajo flexible (ATF).


Estos se definen como acuerdos entre empleadores y trabajadores que permiten un mayor margen de maniobra para definir la duración de la jornada de trabajo, su organización y el lugar donde se desarrollan las tareas.

Las empresas encuestadas que sí esperan usar ATF en los próximos tres años indican que entre las principales ventajas de usarlos están los trabajadores tengan un mejor balance vida-trabajo (34.2%), incrementará la productividad (17.5%), aumentará la satisfacción laboral (11%) y flexibilidad para contratar (9.5%)

En tanto, las empresas que no piensan implementar ATF en el trabajo tienen como razones el 45.3% son incompatibles con la producción, 6.3% considera que genera desigualdades y que es difícil de supervisar. Además, el 3.1% señala que es por problemas de internet o falta de equipos electrónicos.

Características de la economía gig
La economía gig se caracteriza porque la prestación del servicio es bajo demanda, trabajos concretos de corta duración, cada persona decide cuánto tiempo conectarse, los pagos son en línea y los servicios se realizan a través de plataformas digitales colaborativas.

Sin embargo, una de las desventajas que destaca es que en este tipo de trabajo no reciben los beneficios de ley como protección social, por lo que se considera informal. Pero, el BID destaca que la desconexión de la seguridad social no es no es un problema propio de la gig economy.

“La realidad es que en América Latina y el Caribe, los niveles de informalidad han sido históricamente elevados”.

Según Statista, otro de los contra que tienen los teletrabajos es que algunos colaboradores reportan que le genera estrés.

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