El deterioro supera los avances en la cárcel Las Parras



Extensiones de tierras baldías a todo su alrededor es lo que caracteriza las proximidades del Centro de Corrección y Rehabilitación Las Parras, ubicado en el municipio San Antonio de Guerra.

Desde su inauguración, en 2020, el deterioro le ha llevado ventaja a los avances que ha podido presentar esta cárcel que forma parte del Plan de Humanización del Sistema Penitenciario que ejecutó la Procuraduría General en la gestión de Jean Alain Rodríguez.

Después de invertir más de seis mil millones de pesos en el proyecto, el módulo de entrada, sin vigilancia, es la primera impresión de abandono que registra el área, que también posee una carpa desinfectante automática para coronavirus, que no funciona.

Arbustos, pastos, aceras y contenes sin mantenimiento a lo largo de los laterales de la calle de dos vías rellenas con un asfalto ya desvanecido forma parte de las características de esta prisión que se hizo con la intención de cerrar la vieja prisión de La Victoria.

Este recinto abandonado tiene una capacidad para 8,778 internos.

Mientras esta cárcel continúa cerrada, La Victoria alberga una población estimada que supera mis siete reos, cuando la capacidad de ese centro es de 2,103.

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