Por José Ricardo Taveras Blanco
La @OEA_oficial , @Almagro_OEA2015 y sus jefes, (los que financian esa entelequia), incurren en un acto para nada sutil de intromisión en el proceso electoral de la República Dominicana al organizar un reconocimiento en el que se ensalza el liderazgo del P. @luisabinader, en quien concurre además la condición de ser candidato a la reelección en un proceso electoral que será celebrado en apenas 10 días.
Descarados, no vayan a pensar que aquí todos somos tontos, ese es un acto de campaña en el cual esos poderes están ungiendo el candidato que consideran más factible para los intereses de su agenda con nosotros, dada por supuesto su vocación de declararse “incondicional” a los designios de las galleras que integran la “comunidad internacional”.
Como es normal, el @PRM_Oficial y el gobierno andan muy contentos con esa unción, la comitiva presidencial es copiosa y el candidato que ofreció y no brindó cena a sus colegas después del debate, paga personalmente cenas costosas en Washington porque para él es un legítimo motivo de celebración. Bien, al que Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga, lo felicito.
Quien no tiene motivos para sentirse alagado es el pueblo dominicano, al que le toca abrir los ojos con el significado de ese empoderamiento de dudosa decencia, estirpe diplomática y criterio ético, pues, detrás del relumbrón con que se nos vende, hay una clara señal de cuál de los candidatos resulta estar más comprometido con las agendas que se nos vienen imponiendo.
De mi parte nunca lo he dudado y después de casi vencido este período lo confirmo, la ambigüedad estratégica del gobierno con el tema haitiano evidencia que sus políticas al respecto y los actores elegidos para dirigirla no responden a compromisos sinceros, pido a Dios que si resulta reelecto como resulta posible, cambie totalmente de actitud, lo que me resulta pesado creer después de ese reconocimiento a su liderazgo, promovido por una sirvienta de intereses que atentan descaradamente contra nuestra Nación.