En 2024, la República Dominicana se posicionó como uno de los países con la menor tasa de homicidios en América Latina y el Caribe, según el informe anual de la fundación InSight Crime. El país caribeño registró una reducción del 16.4 % en su tasa de homicidios con respecto a 2023, acumulando así tres años consecutivos de descenso.
El informe indica que en 2024 se contabilizaron 1,374 homicidios, lo que representa una tasa de 9.6 por cada 100,000 habitantes, en comparación con el 11.5 de 2023 y el 13.2 de 2022. La mayoría de estos crímenes estuvo relacionada con conflictos interpersonales, y no con el crimen organizado.
A pesar de ser un punto clave de tránsito para el tráfico de cocaína hacia Europa, el estudio destaca que este fenómeno no se traduce directamente en altos niveles de violencia en el país. En contraste, se observa un impacto significativo del tráfico de armas: el 65 % de los homicidios se cometieron con armas de fuego, muchas de las cuales provienen de Estados Unidos o de desvíos de municiones dentro del país.
El informe compara la situación de República Dominicana con la de su vecino Haití, que en 2024 enfrentó una tasa de homicidios de 62 por cada 100,000 habitantes y más de 7,000 asesinatos, la cifra más alta de su historia reciente. La violencia de pandillas, la debilidad del Estado y la falta de control institucional explican el alarmante deterioro de la seguridad en ese país, donde organizaciones como «Viv Ansanm» han ampliado su poder territorial mediante masacres y desplazamientos forzados.
InSight Crime concluye que, aunque la República Dominicana avanza en materia de seguridad ciudadana, el desafío del tráfico de armas y la inestabilidad de los países vecinos continúan siendo riesgos latentes para la región.