Cumbre de «Líderes de EE. UU. y África»



Isidro Toro Pampols

La presencia de China continental en África genera preocupación en la Casa Blanca. Como respuesta el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció que apoyaría la incorporación de la Unión Africana al grupo de grandes economías del G20 como miembro permanente del organismo.

Para tal fin ha designado al experimentado diplomático Johnnie Carson para la implementación del abanico de iniciativas, dentro de los esfuerzos de Washington por recuperar lazos con un territorio que en los últimos años no ha estado en sus prioridades.
Un dato de interés sobre la presencia de China continental en la región es que el gigante asiático ya tiene una base militar en Yibuti, nación de habla principalmente francesa y árabe, un país ubicado en el Cuerno de África con 23,200 km², compartiendo fronteras con Eritrea por el norte, Etiopía por el oeste y el sur, además con Somalia por el sureste.

Sus costas están bañadas por el mar Rojo y son parte del golfo de Adén. Un lugar estratégico para el control del canal de Suez.

Fuentes de inteligencia de los EE. UU. registran que China proyecta la construcción de una segunda base en Guinea Ecuatorial. Con esta, tendría presencia militar activa en el Atlántico Sur.

La política exterior China mantiene lazos con los distintos gobiernos de África independientemente de sus inclinaciones ideológicas, regímenes o valores.

Predominan los intereses, teniendo la astucia como método en una zona que tiene inmensas riquezas así como 54 votos en la ONU, siendo el grupo regional más grande al representar al 28 % de los miembros.

Entre los días 13 y el 15 de diciembre Washington acogió la «Cumbre de Líderes de EE. UU. y África», con la asistencia de 49 líderes en la que dieron anuncios sustanciales en materia de cooperación económica, inversión y tecnología.

El encuentro se produce en momentos en que la Administración de Joe Biden intenta relanzar su influencia en ese continente y neutralizar la de Rusia y China en una región que, ahora, la describe como “actor geopolítico clave”.

Biden afirmó en la cumbre de líderes que Washington pretende aumentar la colaboración en todos los ámbitos: “África debe estar presente en todas las salas en las que se discuten los retos globales y en todas las instituciones en las que se celebran esas discusiones”, agregando que “ha tardado mucho en llegar, pero llegará”.

Sudáfrica es actualmente el único miembro del G20 procedente de África. La Unión Africana está formada por 55 Estados miembros.
Biden se reunió con los líderes de la República Democrática del Congo, Gabón, Liberia, Madagascar, Nigeria y Sierra Leona para hablar de elecciones en esos países el próximo año.

Anunció que proporcionará más de 165 millones de dólares para apoyar las votaciones y el buen Gobierno en el continente africano en el 2023. Una noticia de este tipo llama a la reflexión debido a viejas experiencias.

Muchos críticos han denunciado el abandono del continente africano por parte de los EE. UU. de allí que el presidente Biden apela a la vicepresidenta Kamala Harris, hija de padres que inmigraron de India y Jamaica, para recuperar tiempo y espacio. Una acción de gran contenido simbólico. Veremos qué sucederá.

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