El ejercicio físico es una medicina natural y poderosa para prevenir la demencia, el cáncer y la inflamación

Cáncer, diabetes, demencias, fragilidad ósea e inflamaciones, son solo parte de los efectos benéficos de la actividad física, según puso de relieve un estudio realizado recientemente por investigadores de la Universidad de Ottawa, en Canadá, y que derriba la limitada creencia que señala a la pérdida de peso y fortalecimiento del sistema cardiovascular como sus exclusivos efectos saludables. Además, especialistas brasileños de la Universidad de San Pablo detectaron que mover el cuerpo podría reforzar el sistema inmune y mejorar la respuesta de las vacunas contra el COVID-19.

Según los investigadores, los músculos esqueléticos producen al menos 650 sustancias cuando se ejercitan, de las cuales se estima que los científicos conocen apenas el 5%, según la revisión de estudios publicada en Frontiers in Physiology.

El análisis, llamado “El papel del secretoma muscular en la salud y la enfermedad”, muestra en qué estado se encuentra la ciencia en la comprensión de la compleja bioquímica de los músculos.

Lo poco que ya se ha descubierto sobre el secrema muscular, es decir el conjunto de sustancias producida por los músculos, asombra a los científicos y allana el camino para un uso aún más eficiente de la actividad física para prevenir y combatir enfermedades, además de retrasar el envejecimiento. Los músculos activos incluso ayudan a que la piel sea más saludable, indicó el estudio canadiense.

Así, los músculos son fábricas de bálsamos para la buena vida, producen hormonas, factores de crecimiento, sustancias del sistema inmunológico, es decir, toda una gama de proteínas poderosas.

Esta producción se genera impulsada por la contracción muscular que se realiza cada vez que se ejercitan los músculos, agregó el análisis. Produce sustancias llamadas colectivamente mioquinas. Comunican los músculos con otros órganos, como el sistema inmunológico, el cerebro, el hígado, el páncreas, los huesos, los intestinos, la piel, el tejido adiposo y los vasos sanguíneos. También son esenciales para evitar la hipertrofia e impulsar la regeneración y funcionamiento de los propios músculos.

Los médicos recomiendan en función de esto el ejercicio físico a las personas con cáncer, diabetes y enfermedades neurodegenerativas.

El análisis de los especialistas canadienses destacó que los músculos, cuyo número va a los 650 a los 840, ya que no existe consenso en la comunidad científica, son el órgano endocrino más grande del cuerpo. Los músculos son el órgano más pesado del cuerpo y representan aproximadamente el 40% del peso de una persona. Pero sus funciones bioquímicas son aún más significativas. Producen mioquinas únicas, pero también producen y liberan sustancias producidas por otros órganos.

Así, los músculos son fábricas de bálsamos para la buena vida, producen hormonas, factores de crecimiento, sustancias del sistema inmunológico, es decir, toda una gama de proteínas poderosas.

Esta producción se genera impulsada por la contracción muscular que se realiza cada vez que se ejercitan los músculos, agregó el análisis. Produce sustancias llamadas colectivamente mioquinas. Comunican los músculos con otros órganos, como el sistema inmunológico, el cerebro, el hígado, el páncreas, los huesos, los intestinos, la piel, el tejido adiposo y los vasos sanguíneos. También son esenciales para evitar la hipertrofia e impulsar la regeneración y funcionamiento de los propios músculos.

Los médicos recomiendan en función de esto el ejercicio físico a las personas con cáncer, diabetes y enfermedades neurodegenerativas.

El análisis de los especialistas canadienses destacó que los músculos, cuyo número va a los 650 a los 840, ya que no existe consenso en la comunidad científica, son el órgano endocrino más grande del cuerpo. Los músculos son el órgano más pesado del cuerpo y representan aproximadamente el 40% del peso de una persona. Pero sus funciones bioquímicas son aún más significativas. Producen mioquinas únicas, pero también producen y liberan sustancias producidas por otros órganos.

El especialista destacó que no necesariamente se debe ir al gimnasio. Lo importante es ponerse en movimiento. Tampoco es necesario especificar un tiempo, es fundamental aumentar el lapso dedicado a la actividad física dentro de la rutina diaria, dijo Roschel, quien tiene un proyecto que investiga la forma más eficiente de hacerlo.

El ejercicio intenta compensar la falta de actividad física regular en el patrón al que ha evolucionado el cuerpo humano. El cuerpo no está hecho para quedarse quieto. Se enferma y muere. El modelo de fábrica de la naturaleza, dijo Claudio Gil Araújo, es caminar rápido. Así es como la Humanidad caminó durante la mayor parte de su viaje iniciado hace más de 300.000 años.

Pero correr, nadar, andar en bicicleta, hacer pesas, bailar y muchas otras actividades funcionan como paliativos en nuestro tiempo, cuando pasamos la mayor parte sentados o acostados.

No serán meras décadas de estilo de vida moderno y sedentario lo que transformará el organismo humano. No es de extrañar que el sedentarismo se considere una enfermedad, dice Araújo.

Los músculos se activan de muchas formas, en diferentes momentos y con interacciones variables, con diferentes intervalos y dosis. Es imposible concentrar todo esto en una droga, aclaró Rosa Neto.

El consenso entre los científicos es que el ejercicio por sí solo es una medicina natural y poderosa contra antiguas y nuevas dolencias.

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