Destacado Abogado: Estado ganaría si contrato carretera Samaná hubiese ido a arbitraje internacional

Jacqueline Morrobel (segunda parte de dos)

El doctor Emmanuel Esquea Guerrero dijo hoy que si el contrato de construcción de la Autopista de Samaná hubiese ido a un arbitraje internacional, el Estado habría ganado porque tenía visos manifiestos de ilegalidad y violación de todas las normas constitucionales y legales dominicanas.
Explicó que el contrato establecía la posibilidad de un arbitraje, ya que si el gobierno tomaba alguna acción que el contratante entendiera no le convenía, entonces iría a arbitraje.
“Pero en el caso de que hubiese ido al arbitraje, yo personalmente estoy seguro que el Estado hubiera ganado”, dijo.
Detalló que un arbitraje es un acuerdo de las partes de un contrato para resolver sus diferencias, digamos entre unos jueces muy particulares, no es la estructura judicial normal.
Asimismo, Esquea Guerrero resaltó que el contrato de construcción de la carretera de Samaná fue firmado por el Estado dominicano con una sociedad comercial que en ese momento no existía.
Expuso para el programa La Hora 22, conducido por los comunicadores Gregory Caimares y Abinader Fortunato en Teleradio América, que el Estado firmó con una sociedad comercial por acciones en el año 2001 y en esa época se necesitaban siete miembros para constituirse y de esa cantidad había un miembro que no era ni persona moral ni persona física, sino un nombre comercial, es decir no habían siete miembros.
Informó que la institución que firmó el contrato por el Estado fue Obras Públicas y aunque no se conoce originalmente quién elaboró el contrato jurídicamente, sí fue revisado por las autoridades dominicanas.
“Pero hay un cierto detalle: por ejemplo, si se examina el contrato y se lee con mucho detenimiento, encuentra una expresión que no se usa en República Dominicana sino en Colombia, que dice “se dará un pati salvo, esa es una expresión de Colombia y quiere decir descargo y eso me dice claramente que ese contrato se elaboró en Colombia”.
Puntualizó Emmanuel Esquea Guerrero que el que conoce el derecho y del vocablo del área jurídica dominicana, sabe que esa expresión no existe en el país, al tiempo que indicó que quizá no interesaba leerlo bien.

Legisladores no leyeron anexo contrato carretera Samaná

Dijo que el contrato para construir la carretera de Samaná fue aprobado en el Congreso Nacional y tenía un anexo y los legisladores no se preocuparon en leer ese anexo, y así se aprobó.

Señaló que, posteriormente se sometieron unas actas del contrato que también tenía un anexo y tampoco las leyeron y las aprobaron así.

“Y esto sucede porque los legisladores nuestros no leen, yo fui legislador ocho años, y decía alguien: “cuando tú quieras que el congreso no apruebe una ley ponle más de tres páginas que no las van a leer, la mandan a una comisión y aparece alguien y dice yo nunca vi eso, a mí no me lo presentaron. Eso da pena, pero esa es la realidad”, sostuvo.

Contrato Punta Catalina fue aprobado sin traducirle 700 páginas

El jurista puso como ejemplo, el contrato de Punta Catalina que tiene 800 páginas, de las cuales hay 700 en inglés que nunca se han traducido, porque los legisladores no se han molestado en traducir y lo aprobaron así.

“La aprobaron así, procedieron a mandar al ejecutivo y fue pronunciada y publicada en la gaceta oficial en tres tomos», señaló.

Dijo que el contrato de Punta Catalina se aprobó en nombre del Estado dominicano sin un poder del presidente, que era Danilo Medina y cuando llega al Congreso Nacional aparece un senador y dice: “pero esto está sin un poder, el presidente no ha autorizado este contrato”.

“Entonces, Danilo hace una ratificación del contrato de Punta Catalina, que lo apoya la ley, ustedes buscan en la gaceta oficial la resolución del Congreso Nacional de Punta Catalina, se van a encontrar con esto”, puntualizó.

Manifestó que eso es un absurdo, que alguien firmara un documento como ese, de 2 mil millones de dólares sin que el presidente lo autorizara.

Indicó que los contratos del peaje Sombra de la Carretera de Samaná y el de Punta Catalina, son solo dos pequeñas muestras, ya que a su juicio hay más contratos con irregularidades.

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