Guerra, otra amenaza a la salud mental



Lic. Hanoi Vargas

Durante décadas, nos hemos jactado y beneficiado de la paz, disminuyéndose significativamente las muertes debido a crímenes vinculados a los conflictos bélicos.
Hemos iniciado un siglo donde se ha resaltado como más probable el suicidio que muerte por conflictos armados; pero hoy, se asoma el fantasma de la tercera guerra mundial, con matices apocalípticos, a la manera como lo refería Einstein: “No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con piedras y palos”.

Las dimensiones del impacto económico que se vislumbran como preámbulo del conflicto, empiezan a generar estrés a los más vulnerables, quienes todavía no se reponen de los estragos dejados por la pandemia; avisando con ello, las perturbaciones psicológicas que aparecen cuando se pierde el sueño por expectativas catastrofistas.
Lo que exige estar atentos para aumentar las facilidades de servicios en atención primaria para futuros afectados en su salud mental.
Sea cual fuere el desarrollo y desenlace de todo, estamos llamados a permanecer esperanzados; confiados en la providencia divina, porque son realidades globales de las que no tenemos control.
En circunstancias como estas, se recomienda la prudencia, y limitarnos a dar respuesta a las cosas que están bajo nuestro manejo, procurando las mejores alternativas dentro de lo posible, pero nuca adelantarnos en su forma pesimista; lo cual tampoco excluye prepararse para las adversidades económicas que de forma natural se desprenderán del presente conflicto.
En tal sentido, evitemos sumar motivos detonantes de preocupación, como sería el endeudamiento, el gasto imprudente y las inversiones inciertas. Salimos airosos de la pandemia, lo mismo se espera ante el presente escenario; eduquemos la mente para el manejo de las realidades difíciles, aceptándolas en justa dimensión, evitándose las ideas predictivas perturbadoras promovidas por la especulación.
Aunque se ha dicho que la imbecilidad humana no se puede subestimar, quienes son optimistas apuestan a la razón, y que al final, como en otros momentos, se darán los debidos acuerdos en favor de la humanidad.

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