Dando Jaque; Abinader: Un Presidente Auto‐devaluado




-Ramón Vargas

Cuando usted se entrega de manera incondicional, como es el caso del presidente dominicano, en relación al apoyo de un gobierno imperial, a usted le pierden el respeto y la desconsideración y humillación, es su final.

No me imagino a un presidente de carácter, con plena conciencia del significado del cargo, que asista moviendo la colita por la puerta de atrás, a una reunión con una persona que no está en su mismo nivel. Pero tal parece que él (Abinader), considera que como presidente de una república bananera, es suficiente para ser émulo de Guacanagarix.

La importancia de un presidente no está definida necesariamente por el tamaño y la riqueza de un País, sino en los valores y el carácter para defender lo justo y actuar de manera correcta. Estoy seguro que nunca veremos a López Obrador, Gustavo Petro, Luis Arce y otros, viajando a Washington para reunirse con la vicepresidenta Kamala Harris. En cambio, a Abinader, que aprueba todo lo que viene del norte, lo tratan como a un presidente de tercera categoría.

El mejor ejemplo de un presidente de verdad lo acaba de dar Gustavo Petro, cuando respondiendo críticas de los uribistas por no estar a tiempo en una recepción y dar las manos a Joe Biden, dijo: «no soy de los presidentes que espera que Biden vaya al baño para estrechar la mano».

La reunión de Abinader con la Harris será otra más para perder tiempo y recursos. Si las recepciones en Washington solo sirven para Whisky y picadera en el nivel presidencial, imaginen de qué sirve con Kamala…

Incluso, Abinader quería tratar el tema haitiano, para exhibirlo aquí y continuar la polémica con un político haitiano que del anti‐dominicanismo hace política… ni siquiera eso le colocaron en la agenda. Esa es la consecuencia cuando usted solo importa para levantar las manos.

Ante los complejos problemas que vive el mundo, solo los países que asuman una política seria e independiente sobrevivirán. Los que se mantengan alineados con potencias hegemónicas, sufrirán las consecuencias en un mundo que ya no será igual. Diversificar la economía, mirar otros mercados y explotar todas las posibilidades, es lo que nos permitirá salir hacia delante.

Nuestro País no puede seguir como los caballos, usando antiojeras para mirar hacia un solo lado. Continuar enfocado en mantener la vista exclusivamente hacia el norte, no es buena idea. En Asia viven casi las dos terceras partes de la humanidad, y los grandes recursos están en el Pacífico y al otro lado del Atlántico. Para posicionarnos como un País que se le respete, no tenemos que ser enemigo de nadie, sí independiente y no incondicional.

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