Inflación, deflación y estanflación




Isidro Toro Pampols

Vamos a revisar algunos conceptos que en estos tiempos de crisis económica se manejan en la prensa diaria y copan el escenario político.

Cuando hablamos de inflación inmediatamente pensamos en aumento de los precios de consumo diario. Si vamos al diccionario de la Real Academia Española (RAE) la define como la acción y efecto de inflar, a lo anterior se le suma la acepción que la concreta en economía como la elevación del nivel general de precios.

Cuando buscamos las causas de la inflación encontramos diversidad de teorías que manejan los economistas, todas ellas ligadas a factores referidos a la producción, productividad, volumen monetario, política crediticia, especulación, los costes de producción y otros factores reales; pero también a elementos psicológicos y psicosociales, tales como el temor, la alarma, la inseguridad y otras expectativas que pueden ponerla fuera de control.

La inflación es un fenómeno que se autoalimenta creándose lo que se llama espiral inflacionaria donde, por ejemplo, se solicitan aumentos de salarios para que los empleados y trabajadores puedan enfrentar los aumentos de precios, pero estas nuevas pagas contribuyen al incremento del valor de productos y servicios porque se reflejan en el coste de producción.

Cuando la inflación se dispara se genera hiperinflación, o sea, una situación desastrosa porque el Estado pierde el control, el dinero se devalúa dramáticamente al punto que los individuos tratan de cambiarlos por productos bajo la expectativa que aumentaran de precio lo que alimenta la vorágine inflacionaria. En estos casos se imponen medidas drásticas tanto de corte monetario como fiscal, así como la intervención en la cadena de producción y comercialización de bienes y servicios.

Hay economistas, los keynesianos particularmente, quienes consideran que una inflación controlada es sana para el mercado porque evita los procesos de deflación, recesión, falta de empleo y baja producción.

El diccionario de la RAE define la deflación como el descenso del nivel general de precios. Esta baja implica un mayor valor del dinero, aumentan los inventarios en fábricas y comercios lo que finalmente impacta en el aumento del desempleo, niveles de salarios y otras consecuencias negativas en el mercado. La deflación se presenta usualmente en tiempos de recesión económica.

Cuando se vive una situación de estancamiento económico, con aumento del paro y de la inflación decimos que, según el RAE, estamos en estanflación. Este fenómeno se dio en los años 80 del siglo XX y se relacionó con la inconvertibilidad del oro con el dólar decretada por Estados Unidos en 1971, lo que provocó una tremenda inflación mundial y la carrera alcista de los precios de las materias primas que no tardó en afectar al petróleo en 1973, tras la guerra de 1972, así como la deuda externa de los países, generándose una recesión con inflación, algo nunca visto. Al mundo occidental le costó mucho estabilizar los mercados en esos años y aprendieron haciendo, pero en las crisis donde se involucra seres humanos siempre trae algo nuevo por lo que las recetas aprendidas del pasado no siempre tienen la efectividad esperada.

Hoy estamos en un escenario mundial de incertidumbre donde la inflación, deflación y estanflación están rondando y se requiere de mucho pulso político para evitar que un grupo de avivados se aprovechen de la situación haciéndole más difícil el tránsito a la inmensa mayoría de ciudadanos de un país. En tiempos de crisis se consolidan fortunas, hay nuevos multimillonarios, pero también se derrumban grupos económicos que hasta ese momento gozaban de buena salud. Se anuncia un 2023 difícil y veremos cómo reaccionan los gobiernos, los legisladores, agentes económicos y ciudadanos en general.

Comparte esto!