Un gobierno atado al pasado



Dr. Isaías Ramos

El gobierno del PRM ha demostrado no tener la suficiente capacidad para desenredar y desatar la camisa de fuerza que heredó de los gobiernos más corruptos de nuestra historia republicana, pero que también fueron capaces de estructurar una mafia institucional que continúa a su servicio y les garantiza impunidad.

La falta de planificación, eficiencia y coraje del PRM los petrificó, por lo que no cumplieron con lo prometido.

Han pretendido continuar con ese círculo vicioso de pactar con los corruptos y darle sostenibilidad a la impunidad. Han llevado casos a la justicia para dar al pueblo pan y circo, pero las instituciones llamadas a hacer justicia continúan secuestradas por el poder político corrupto.

Tampoco han hecho algún esfuerzo por rescatar de las calles a casi un millón de jóvenes que ni estudian, ni trabajan, fruto de esa política perversa creada y sostenida de aquel famoso método, de que es mejor “pagar para no matar”, en lugar de educar, capacitar y crear condiciones para la creación de oportunidades.

Hoy esos jóvenes son materia prima de los antisociales y grupos delictivos, razón por lo que nuestras calles están invadidas y tomadas por los grupos delincuenciales y generadores de violencia, rebosando la capacidad de repuesta del Estado.

Mientras no se establezca un programa a nivel nacional de rescate, capacitación y oportunidades para esos jóvenes víctimas de esa aberración política y social, el crimen, la violencia y el caos continuarán en crecimiento desmedido.

Este gobierno ha continuado la misma indiferencia, establecida a partir del 1996, hacia el sector agropecuario e industrial; continúan con esa política de decir mucho y hacer poco o nada a favor del productor nacional. La misma política de favorecer a importadores esporádicos que dañan y perjudican a nuestros productores y benefician a los importadores privilegiados.

El mismo sistema de endeudamiento: inmoral, irresponsable e injusto, comprometiendo a generaciones que ni siquiera han nacido. Como muestra, la semana pasada se aprobaron préstamos por más de 400 millones de dólares y en la presente, por unos 212 millones de dólares, con la agravante de que ninguno de estos préstamos va dirigidos a infraestructura o inversión productiva.

Continúan con la misma política de neoliberalismo salvaje, establecido para robar y saquear al pueblo de manera legalizada, los vicios de las alianzas público-privadas y los fideicomisos se acrecientan, esperando el mismo fin que el famoso “peaje sombra” y el mismo método de mercado, para engañar, manipular y envolver a la población y venderles sueños.

Cuando la población despierte ya el daño estará hecho. (Recordemos el peaje sombra, que nos costó más de 1,315 millones de dólares).

Este gobierno, con sus hechos nos ha demostrado que está comprometido con el pasado nefasto, por lo que se ha dejado atar por ese círculo vicioso de la impunidad selectiva que cada día nos arrastra hacia la miseria y desesperanza de este pueblo.

La élite política económica de ayer continúa siendo la misma de hoy.
Estamos ante un sistema de partidos que ha creado una especie de reparto del botín nacional.

Reparten y comparten, constituyen carteles que anulan la competencia política, económica y social, y se distribuyen los beneficios entre los “socios” del poder político.

Han creado un cártel de “líderes” políticos de unos pocos partidos del sistema, como si fueran socios corporativos. Se protegen entre sí en la impunidad, tanto en lo económico como en lo político.

El presidente de la república comienza a tomar medidas que se debieron implementar desde que comenzó a gobernar, como es el cumplimiento de las leyes migratorias.

Nuestro país ha sido invadido de manera pacífica a partir del 2010, cuando traidores a la patria decidieron dejar la frontera sin control para hacerse los graciosos ante organismos internacionales y países propiciadores de la fusión de la isla.

Desde el Frente Cívico y Social reafirmamos que llegó la hora de que el pueblo dominicano conozca la realidad política en que vivimos, para que a partir de ella formemos un proyecto puro y sin manchas, donde la pureza de la palabra sea más que una consigna y se convierta en nuestro precepto de vida, donde el objetivo sea edificar una nación bajo los principios y valores que le dieron origen a nuestra patria y así establecer un país en el que reine el orden, la justicia y la igualdad de oportunidades.

¡RD si puede!

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