Inflación y bajo crecimiento son desafíos para las remesas a nivel global



En República Dominicana, las remesas desempeñan un papel crucial en la economía. Según cifras del Banco Central (BCRD), entre enero y noviembre de 2023, se recibieron US$9,212.2 millones por este concepto, reflejando un crecimiento del 3.4% en comparación con 2022.

Un informe del Banco Mundial (BM) destaca que las remesas hacia países de ingresos bajo y mediano aumentaron aproximadamente un 3.8% en 2023, lo que supone una moderación respecto a los elevados ingresos de los dos años anteriores. Estiman que se alcanzarían los US$669,000 millones al finalizar el año.

Sin embargo, los pronósticos de crecimiento económico y la inflación que enfrentan los principales países emisores representan riesgos para el flujo de divisas en 2024 por concepto de envío de remesas.

Según el Banco Mundial, debido al debilitamiento de la actividad económica mundial, se prevé que el crecimiento de las remesas hacia los países de ingreso bajo y mediano se reduzca al 3.1% en 2024. Entre las causas señaladas se encuentran la desaceleración del crecimiento económico, perspectivas de mercados laborales más débiles en varios países de ingreso alto, la baja volatilidad de los precios del petróleo y de los tipos de cambio, así como una ralentización de la economía más profunda de lo previsto en los países de ingreso alto.

En el caso de República Dominicana, en noviembre se registraron US$788.0 millones, lo que representa un crecimiento del 0.1% en comparación con 2022. El BC explicó que el desempeño económico de los Estados Unidos fue uno de los principales factores que incidió en el comportamiento de las remesas. Este país originó el 84.5% de los flujos formales, es decir, unos US$609.9 millones solo en noviembre.

Se espera que tras concluir el mes de diciembre, el flujo de remesas hacia República Dominicana sería de algo más de US$10,000 millones.

Por regiones, los datos del BM establecen que la entrada de remesas aumentó en América Latina y el Caribe (8%), Asia meridional (7.2%), Asia oriental y el Pacífico (3%) y África subsahariana (1.9%). Los flujos hacia Oriente Medio y Norte de África disminuyeron por segundo año consecutivo, con un descenso del 5.3%, principalmente debido a la fuerte caída de los flujos hacia Egipto. Las remesas hacia Europa y Asia central también cayeron un 1.4%, tras haber aumentado más del 18% en 2022.

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