De la depresión a la resiliencia: cómo es el cambio para superar el trastorno



Las fiestas navideñas que vivimos reciente, impulsan una actitud introspectiva que moviliza nuestras emociones, en una mezcla agridulce de entusiasmo y nostalgia.

Algunos investigadores plantean que la depresión es una respuesta adaptativa esperable, que nos permite lidiar con cuestiones que no podemos modificar.

La depresión clínica es un estado que excede el hecho de estar abatido por una circunstancia concreta, como ocurre en el duelo, y produce marcada interferencia y malestar.

Tras varios años de discusiones acerca de si la depresión es producto de algún tipo de disfunción cerebral innata o el resultado de un mal procesamiento psicológico de los eventos vitales, la ciencia ha llegado a un punto que articula estos elementos en una hipótesis integrada que hemos denominado como la “teoría de los campos unificados de la depresión”, tomando el concepto de la física teórica.

La infancia es un período de alta permeabilidad a los estímulos del medio, lo que nos permite incorporar habilidades y conocimientos a un ritmo vertiginoso. No obstante, esa permeabilidad también implica una alta vulnerabilidad ante los eventos vitales estresantes negativos que ocurren en ese período, lo que amplifica en forma progresiva la posibilidad de enfermar y desarrollar trastornos vinculados a la salud mental, particularmente depresión.

La exposición temprana a cierto tipo de agresiones, como las carencias materiales y emocionales junto con el abuso y el maltrato, modifican la forma en la cual reaccionaremos ante nuevos eventos estresantes en el futuro, lo que favorece el desarrollo de depresión en etapas posteriores. Este proceso estaría mediado por una intrincada red de factores neurobiológicos y modalidades de procesamiento psicológico que quedarían programadas en etapas tempranas.

Hace unas semanas, el prestigioso investigador neerlandés Jim Van Os publicó, en una de las revistas de psiquiatría más prestigiosas, un interesante editorial en el cual da cuenta de esta situación y propone, a futuro, un cambio conceptual focalizando en la modificación de las condiciones que conducen a los trastornos de salud mental, denominando a su modelo como “salutogénico”.

Uno de los grandes avances científicos de la psiquiatría de las tres últimas décadas son los denominados programas de detección e intervención precoz. Van Os plantea que ese avance es correcto pero que no es suficiente, porque estamos llegando tarde. Él destaca la necesidad de generar cambios que modifiquen los factores medioambientales que favorecen los trastornos de salud mental.

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