Drogadicción, una realidad que consume el futuro socioeconómico de miles de jóvenes dominicanos



La juventud dominicana enfrenta una serie de desafíos que van desde el acceso limitado a educación de calidad, oportunidades laborales hasta la violencia generalizada y servicios de salud inadecuados. Estos problemas se ven agravados por las desigualdades socioeconómicas y la falta de representación política. Sin embargo, la creciente drogadicción en este segmento poblacional representa una grave amenaza para su futuro, salud física y mental y perspectivas laborales.

Según el informe mundial sobre drogas 2023, de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), el consumo de estupefacientes ha aumentado un 23% en la última década, llegando a 296 millones de consumidores, lo que representa el 5,8% de la población global entre 15 y 64 años de edad.

En República Dominicana, a pesar de la falta de estadísticas oficiales recientes sobre el consumo de drogas, los datos proporcionados a elDinero revelan que los centros de rehabilitación de adictos reportan un persistente abuso de sustancias entre la juventud, con un impacto mayor en el género masculino. Aunque las cifras oficiales datan del 2010, según la respuesta del Consejo Nacional de Drogas (CND) a través del Portal Único para Solicitar Acceso a la Información Pública (SAIP), la problemática del consumo de drogas continúa vigente en el país.

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Los datos actuales de Hogar Crea Dominicano confirman esta tendencia. Explican que el alcohol y el tabaco, seguidos de la marihuana, son las drogas iniciales más comunes entre los pacientes tratados en las 41 residencias ubicadas en varias localidades de todo el territorio nacional. Sin embargo, la droga ilícita con mayor consumo e impacto en la salud de miles de jóvenes dominicanos es el crack, con el 60% de los adictos admitidos por esta sustancia.

La experiencia de Víctor César Rosa Robles, un adicto en recuperación de 31 años, confirma la cruda realidad de la adicción. “Comencé a consumir a los 14 años y me volví adicto a los 17”, relata. “Los traumas derivados de crisis como jugador de béisbol y relaciones sentimentales crearon trastornos y heridas que me sumieron en la depresión. El uso y consumo de drogas se convirtió en mi único refugio”, comenta a elDinero.

“La marihuana, droga de entrada en los barrios, fue mi puerta hacia este círculo vicioso”, continúa. “Pronto desarrollé adicción al cigarrillo y otras drogas como la cocaína, seguidas por el crack. Era un ciclo diario del que no podía escapar; sin mi dosis, sentía una incomodidad insoportable, como si no pudiera vivir sin la droga”, recuerda.

El centro ubicado en Alameda tiene capacidad para 28 personas con una buena calidad de vida y servicio, según informaron a elDinero.

El director ejecutivo de Hogar Crea Dominicano, Julio Manuel Díaz Capellán, subraya que el consumo de drogas en la juventud local ha aumentado significativamente en la última década. Por ende, ha acarreado otros males como la deserción escolar, abandono familiar, del trabajo, enfermedades como el VIH, hepatitis B y C y otras infecciones de transmisión sexual y la introducción a actos delictivos.

Foto: Ronny Cruz

“Hemos visto como la apología y la misma publicidad que se está manejando socialmente sobre la mariguana en la juventud lejos de alejarlos lo está acercando, porque se le está hablando que es una sustancia benigna y esto ha agravado todos los problemas que tiene la juventud”, sostuvo Julio Manuel Díaz Capellán, director ejecutivo de Hogar Crea Dominicano.

“Nosotros (Hogar Crea) llevamos 48 años en el país, y hace 15 o 20 años, teníamos que salir a buscar a los adictos para que vinieran a internarse debido a los pocos que eran; hoy en día tenemos que esperar a que haya un cupo disponible para el ingreso debido a la alta demanda”, enfatiza Díaz Capellán, al tiempo que expresa que el problema de la drogadicción en la juventud dominicana lejos de desaparecer está creciendo.

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José Miguel Lagual, uno de los más de 20 jóvenes en recuperación del Hogar Crea Alameda, en Santo Domingo Oeste, da fe de ello. “A los 18 años, caí en la drogadicción influenciado por mi círculo social. La depresión causada por problemas familiares y la falta de aceptación me llevaron a probar marihuana, éxtasis y cocaína”, recuerda Lagual, quien tiene 21 años de edad.

Según la última Encuesta Nacional Sobre Uso y Consumo de todos tipos de Drogas, en el caso de la marihuana y el éxtasis, los jóvenes empiezan a utilizar estas drogas entre los 12 y 15 años, mientras que los adictos a la cocaína, crack y morfina se inician a los 15 años. La posibilidad de quedarse enganchados en ese consumo es de 1.61%, lo que indica que es preocupante el grado de consumo de sustancias tóxicas en el país. En tanto, las estadísticas de la UNODC señalan que el 0.68% de la población dominicana entre 15 y 64 años consume marihuana. Para entonces, más de 300,000 dominicanos estaban sumergidos en esta adicción.

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Jaime Senior, de ANJE. | Lésther Álvarez

Para el abogado y expresidente de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), Jaime Senior, el panorama actual no es alentador, ya que existe un visible aumento de sustancias tóxicas en esta nación. Coincide en que la drogadicción en jóvenes es un fenómeno sumamente complejo en la sociedad dominicana que ha ido creciendo y haciéndose más prevalente en los últimos años.

“Hemos pasado de ser un país de tránsito a un país que no solo es de tránsito, sino también de consumo. En la actualidad, estamos presenciando fenómenos como el fentanilo que antes no se veían como una manifestación”, enfatizó Senior a elDinero. Además, advierte sobre la peligrosa tendencia de mezclar drogas con fentanilo, una combinación letal que cobra vidas en cuestión de meses.

Foto: Ronny Cruz.

“Este tratamiento está diseñado para integrarse en la vida diaria, creando un entorno destinado a desmantelar comportamientos autodestructivos y consumistas”, expresó Arias a elDinero.

Mientras que el psiquiatra César Mella afirma que el uso y abuso de sustancias psicoactivas por parte de jóvenes de todo el mundo constituye un grave problema de salud pública que causa daño psicológico, afecta los órganos, especialmente el cerebro, y conduce a casos de suicidio y depresión.

“Por lo general, las adicciones se generan en familias disfuncionales y representan verdaderas enfermedades biológicas, psicológicas y sociales”, destaca el expresidente del Colegio Médico Dominicano.

De probar con amigos a la adicción

A los 15 años, influenciado por amistades y el “oscuro” mundo de la música, Nasser Issa Ricardo comenzó su descenso a la adicción. “Empecé con marihuana y cigarrillos, convirtiéndome en un fumador activo; luego pasé a la cocaína. Con la llegada de la pandemia del covid-19, en 2020, comencé a consumir crack, éxtasis y té de campana, probando casi todas las drogas, excepto la heroína”, relata.

Los problemas con la ley marcaron un punto crítico en su vida. “Un día, mientras estaba en un punto (venta) de drogas, fui arrestado por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y, luego en la Justicia me impusieron presentación periódica, aun debo asistir”, recuerda.

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“Estuve al borde de perder a mi esposa, ya que la familia no sabía cómo más ayudarme. Agradezco haber sido arrestado ese día, porque fue entonces cuando reconocí verdaderamente que estaba enfermo y necesitaba ayuda”, sostiene.

Víctor César Rosa Robles, un adicto en recuperación de 31 años. – Foto: Ronny Cruz
José Miguel Lagual, uno de los más de 20 jóvenes en recuperación del Hogar Crea Alameda, en Santo Domingo Oeste. Foto: Ronny Cruz-elDinero.
Arismendy Rodríguez entró a este círculo a través de las pastillas (opioides) en Nueva York, Estados Unidos. Cuando culmine su tratamiento de rehabilitación desea reinsertarse al ámbito laboral. – Foto: Ronny Cruz.
Nasser Issa Ricardo comenzó su descenso a la adicción a los 15 años y una trayectoria de consumo de drogas de 30 años, que abarcó toda su juventud. Foto: Ronny Cruz- elDinero.

Con una trayectoria de consumo de drogas de 30 años, que abarcó toda su juventud, Nasser finalmente buscó tratamiento hace cuatro meses. Hoy día se encuentra en la segunda etapa de su recuperación.

De igual forma, Arismendy Rodríguez, entró a este círculo a través de las pastillas (opioides) en Nueva York, Estados Unidos. Cuando culmine su tratamiento de rehabilitación desea reinsertarse al ámbito laboral.

Actualmente este centro opera con unos 1,500 jóvenes y reeduca a alrededor de 500 jóvenes que concluyen el programa al año, excluyendo a otro grupo que termina su tratamiento en la comunidad, para un promedio anual total de 1,200 jóvenes y/o adultos reinsertados a la sociedad.

Factores

Entre los factores que inciden en este flagelo, Díaz Capellán mencionó la falta de mayores programas sobre abuso de sustancias por parte del Estado, la debilidad del sistema educativo dominicano, la legalización de la marihuana en otros países, la falta de empleos de calidad, la alta informalidad laboral entre la juventud que amplía la brecha entre trabajadores con protección social y los que trabajan por cuenta propia.

Según las estadísticas de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) del Banco Central dominicano (BC), en el último año, al cierre de septiembre se crearon 222,497 nuevos empleos en el país, de los cuales 161,205 fueron en la formalidad (72.4%), mientras que los restantes 61,292 se generaron en la informalidad (27.6%). Sin embargo, la informalidad laboral sigue siendo elevada, con un 56.7% de los 4,855,631 ocupados registrados en el tercer trimestre del 2023. La ENCFT indica que de esa cantidad, hay 2,753,143 trabajadores informales. Los empleados formales ascienden a 2,102,488, con una ponderación del 43.3%.

“Hemos visto como la apología y la misma publicidad que se está manejando socialmente sobre la mariguana en la juventud lejos de alejarlos lo está acercando, porque se le está hablando que es una sustancia benigna y esto ha agravado todos los problemas que tiene la juventud”, sostuvo Díaz, al subrayar que un gran porcentaje de los jóvenes adictos a las drogas inician siendo apenas niños o adolescentes.

Entre las ciudades donde los jóvenes consiguen los distintos tipos de drogas figuran Santo Domingo, Santiago, La Romana y Puerto Plata con un alto índice, según Hogar Crea. “Los barrios pobres son zonas de alta tolerancia de drogas, como La 42 (Capotillo), Gualey y Guachupita en donde el uso de estas sustancias se ha vuelto parte de la cotidianidad”, agregó.

República Dominicana tampoco recoge las estadísticas de muerte por drogadicción, según la respuesta del Ministerio de Salud en solicitud de este medio. elDinero solicitó estadísticas oficiales recientes sobre esta problemática a los ministerios de Salud Pública y Juventud, así como al CND pero estos indicaron que carecían de esa data. Una situación que debilita la implementación de políticas públicas más eficaces, condena Díaz Capellán.

Tratamiento

Según un estudio del Centro de Orientación e Investigación (COIN), del 2018, en Santo Domingo, el 1.3% de las mujeres y el 5.3% de los hombres han consumido drogas en algún momento, con un nivel de dependencia a las drogas que no puede resolverse fácilmente y requiere una extensa asistencia para lograr la sobriedad.

“Hace cuatro meses tomé la decisión de cambiar. Me detuve porque estaba perdiendo dientes y ya no veía a mi madre. A pesar de las recaídas, quiero renacer y continuar recibiendo apoyo. Actualmente estoy en la segunda etapa del programa de reeducación, después de haber luchado contra el consumo por varios años, enfrentando la esquizofrenia y otros trastornos”, dice Lagual.

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En este sentido, Víctor Arias, director regional de Tratamiento en Hogar Crea, explicó que las terapias recibidas por los pacientes adictos a las drogas se llevan a cabo actualmente a través de modalidades residenciales y otras intervenciones basadas en la terapia cognitivo-conductual, un tratamiento psicológico que ayuda a modificar pensamientos, sentimientos y comportamientos negativos.

“Este tratamiento está diseñado para integrarse en la vida diaria, creando un entorno destinado a desmantelar comportamientos autodestructivos y consumistas”, expresó Arias a elDinero.

Foto: Ronny Cruz.

José Oscar Viña, director de Tratamiento de Hogar Crea Alameda en Manoguayabo. “Nuestra vida diaria comienza a las 6 de la mañana y continúa hasta las 10 de la noche, donde cada hora tiene un propósito basado en una modalidad de 16 tipos de terapias que van desde confrontación, espiritual, familiar, conductual, ocupacional y terapias grupales”, especificó Viña. El centro tiene capacidad para 28 personas con una buena calidad de vida y servicio. El tratamiento consta de cuatro etapas. 

Al mismo tiempo, se guía a las personas a través de las más de 10 modalidades de terapia implementadas para ayudarles a aprender a mantener la sobriedad, comunicar sus problemas, manejar crisis y enojo, y recibir apoyo clínico profesional y terapias familiares.

No obstante, Nasser resalta que “el primer paso para un adicto es reconocer su enfermedad. Si no lo hace, seguirá atrapado en ese mundo”.

Asimismo, José Oscar Viña, director de Tratamiento de Hogar Crea Alameda en Manoguayabo, detalló que el tratamiento se basa en gran medida en la disciplina, ya que es un lugar para adquirir hábitos y costumbres positivas.

Según un estudio del Centro de Orientación e Investigación (COIN), del 2018, en Santo Domingo, el 1.3% de las mujeres y el 5.3% de los hombres han consumido drogas en algún momento. – Ronny Cruz, de elDinero.

“Nuestra vida diaria comienza a las 6 de la mañana y continúa hasta las 10 de la noche, donde cada hora tiene un propósito basado en una modalidad de 16 tipos de terapias que van desde confrontación, espiritual, familiar, conductual, ocupacional y terapias grupales”, especificó Viña.

El tratamiento consta de cuatro etapas: tres internas y una externa. La primera es desintoxicación o compromiso existencial con una duración de 15 días. La segunda fase se centra en la introspección, identificación y crecimiento, mientras que la tercera es de crecimiento intensivo, donde el adicto en recuperación alinea su edad cronológica con su edad emocional, alcanzando un cierto nivel de madurez. La estadía promedio en el centro es de un año y cuatro meses.

“Mi sobriedad se centra en la comunicación con mi familia y la ayuda de este centro, después de Dios. Me arrepiento, tras reflexionar, pensar y meditar, de no buscar ayuda a tiempo, días se me escaparon. Una vez salga de rehabilitación, mi meta es reconectar con mi familia, especialmente con mi padre, y encontrar un empleo como auxiliar de farmacia, bartender o electricista”, comenta el joven Rosa Robles. También anhela retomar sus estudios en educación física.

La estadía promedio en estos centros de rehabilitación de adictos en recuperación es de un año y cuatro meses. Foto: Ronny Cruz – elDinero.

El encargado mencionó que el programa es integral e incluye capacitación técnica en convenio con el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep), cuyas capacitaciones permiten que a su salida estos jóvenes puedan reinsertarse en el mercado laboral. Reconocieron que el empresariado dominicano cada vez más está integrando a estos jóvenes rehabilitados. No obstante, hace falta mayor inclusión laboral para que una vez salgan capacitados puedan ser entes productivos.

De acuerdo con los datos suministrados por la Dirección de Estrategias de Atención, Rehabilitación y Reinserción Social del Consejo Nacional de Drogas, la cual recopila información de los pacientes que demandan tratamiento en centros de rehabilitación existentes en el país, un total de 1,624 usuarios demandaron tratamiento para el 2022. De estos, el 95% fueron hombres y el 5% mujeres. El rango de edad con mayor participación fue de 24 a 35 años, representando el 33% del total.

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Nasser comparte su transformación personal al ganar peso y establecer metas para el futuro: “Cuando me reeduque, quiero trabajar en el Hogar Crea recibiendo a jóvenes y adultos adictos, además de rescatar a personas de los barrios atrapados en la adicción. Incluso me gustaría dar clases de violín como músico que soy”, enfatizó Issa Ricardo, un adulto en rehabilitación que consumió toda su juventud en esta adicción.

Internamente, los representantes de este centro terapéutico señalan que carecen de recursos económicos para aumentar el número de pacientes con adicción que son rehabilitados y reeducados, así como la cantidad de personal terapéutico y profesional enfocado en rescatar a niños, jóvenes y adultos de todo el país.

Mencionan que actualmente operan con un presupuesto anual de RD$51 millones, pero enfrentan un déficit de RD$120 millones debido a la alta demanda de jóvenes que no pueden ser admitidos debido a la falta de camas y otros recursos.

Prevención

La lucha contra la drogadicción en la juventud dominicana debe centrarse en la educación, según Julio Virgilio Brache, presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD). Brache enfatizó la necesidad de programas preventivos desde las escuelas primarias, secundarias y universidades para educar sobre los peligros de las drogas.

“Toda problemática de esa naturaleza tiene que ser reorientada en la educación y de cómo hacer un programa preventivo para alejar a la juventud de las drogas, es lo que funciona siempre”, enfatizó Brache.

En el informe anual del Observatorio Dominicano de Drogas se destaca un incremento del 26% en las incautaciones de sustancias ilícitas en el 2022 en comparación con el año 2021. La cocaína fue la sustancia más incautada durante el 2022, y la provincia Santo Domingo registró el mayor número de incautaciones de sustancias ilícitas. Además, esta sustancia fue la más incinerada en el país por parte del organismo correspondiente.

En cuanto a las incautaciones de dinero proveniente del narcotráfico, se observó que la moneda de mayor incautación fue el peso dominicano, alcanzando un total de RD$ 2,461,644.67.

El informe también detalla que se registraron un total de 363 casos de movimientos financieros sospechosos relacionados con el narcotráfico, los cuales se encuentran bajo procesos investigativos.

El Ministerio de la Juventud, encabezado por Rafael Féliz García, firmó en 2022 el programa “Mi Barrio Tiene Talento” en asociación con el Consejo Nacional de Drogas. Conforme con Gary Ruiz, director ejecutivo de Supervisión de Programas, el mismo busca fomentar la participación inclusiva de los jóvenes en diversas actividades, creando un ambiente de integración juvenil en áreas con oportunidades limitadas, pero con abundante talento.

Gary Ruiz, director ejecutivo de Supervisión de Programas del Ministerio de la Juventud. Foto: Fuente externa.

“El programa se ha implementado en varias localidades como Los Alcarrizos, Villa Mella y Cristo Rey, impactando a miles de jóvenes con estrategias para reducir el uso y tráfico de sustancia”, destacó Ruiz a elDinero. Este plan contempla impactar en otras comunidades y provincias del este, sur y norte del país.

En tanto, el expresidente de Anje subrayó la necesidad de crear conciencia sobre la drogadicción como una enfermedad que requiere mayor inversión y atención. “Es crucial que el gobierno invierta en prevención, educación y tratamiento de drogas como una crisis de salud pública y no solo como un problema de seguridad”, recalcó Senior.

Exhortación

Dirigiéndose a los jóvenes y adultos atrapados en la adicción, Issa Ricardo hace un llamado claro: “Vengan a este programa de rehabilitación, que vale la pena si desean recuperar su sobriedad. En la calle no hay más que problemas”. Agrega que “los padres deben conocer las amistades de sus hijos y supervisarlos las 24 horas”.

“Aconsejo a los jóvenes que están en la adicción a las drogas que tomen la decisión de cambiar, porque ese mundo en el que uno piensa que es el mejor no es bueno, ya que al final te lleva a la depresión, la ruina, la cárcel o la muerte”, sostuvo el joven Lagual. Su anhelo es terminar el programa, estar con su familia, casarse y ser un ente productivo a la sociedad.

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