«¡Dios mío, liberen a Claudio Peña!»



Por Charlie Núñez

Hace muchos años conocí a Claudio Peña, siendo un jovencito militante del PLD, decente, afable, sencillo y apasionado por la política.

Para Claudio no fue difícil llegar al Comité Central de su partido y fue bendecido con un nombramiento en el gobierno, allí me tocó visitarlo en una oportunidad y era el mismo muchacho sencillo de siempre.

Vaya sorpresa, cuando comenzó el show de apresamientos de la “justicia independiente” allí estaba Claudio, con su chaleco antibalas y su casco, como si fuera un terrorista, la mayoría en medio de su morbo se fijaban en Gonzalo, Donald y quizás otros, pero ahí estaba el invisible Claudio.

Todos fuimos testigos de cómo a cada caso que se sometía a la justicia le ponían un nombre rimbombante y ya sabíamos que por ahí venían dieciocho meses de prisión preventiva.

Obviamente, en los casos en que había una alianza «público – privada” de funcionarios y perremeistas, estos últimos pasaban a ser solo informantes, esos no olían la prisión ni de lejos.

Entre descontroles, buenos abogados, ineptitud judicial y que ya era muy notoria la diferencia en el trato a los funcionarios del pasado gobierno y los de este, así fueron cediendo poco a poco hasta llegar a la legalidad después de haber violentado todos los derechos y cometidos toda clase de abusos.

Hoy vemos como la “justicia independiente” deja en libertad a Jochy Gómez y Hugo Beras, algo que me alegra y con lo que estoy de acuerdo, la libertad de los sometidos no significa que cesó el proceso judicial, significa que le están respetando un derecho fundamental.

Jueces, fiscales, periodistas, peledeistas, fupistas, perremeistas, pueblo en general, el invisible Claudio Peña es el único sometido que aún mantiene intacta su medida de coerción, aún con prisión domiciliaria, que es el mismo apartamentito donde ha vivido siempre, ¿saben por qué?.

Porque Claudio es pobre, porque no tiene padrino, por no tener dinero para pagar un abogado caro, porque no se puede mover para hacer gestiones por tener que cuidar de sus dos niños con los que vive solo, uno de ellos con una condición especial.

Señores, la sociedad es que debe levantarse a exigir justicia para Claudio Peña, sin dudas, una víctima de la politiquería de algunos.

Dejen que en esta Navidad Claudio pueda llevar a sus hijos a ver la decoración de las tiendas y se puedan comer un helado juntos en libertad.

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