Dr. Isaías Ramos
La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó este lunes el Nobel de Economía 2025 a la teoría de la “destrucción creativa”: derribar lo obsoleto para dar paso a lo nuevo. Ese mismo principio debe guiar hoy a la República Dominicana: romper con la élite política fosilizada y la partidocracia parasitaria, para renacer como nación y reconstruir la República.
Hemos sido víctimas de gobernantes que traicionaron su deber histórico y moral. En lugar de servir a la nación, usaron el poder para su provecho. El resultado: un pueblo huérfano de dirección, entregado a la iniquidad, los vicios y la degradación moral. Esa traición —esa apostasía contra la Patria— amenaza con devorarnos el alma, nuestra identidad y nuestro porvenir.
Sin nación no hay república. Todo lo demás es ficción. Refundar la nación para reconstruir la República no es un sueño: es una obligación moral e histórica.
Nuestros libertadores nos legaron un ideal: un pueblo libre, unido y digno. Hoy, ese legado se ve asfixiado por un sistema clientelista, corporativo y corrupto, en alianza con el crimen organizado. Un sistema que secuestró las instituciones y redujo el Estado a un cascarón vacío.
Ese modelo no solo roba recursos. Pretende arrancarnos la cultura, la conciencia y la identidad nacional. Si seguimos bajo su dominio, perderemos lo que nos hace pueblo. Nos fusionarán con las peores prácticas políticas, sociales y espirituales. Seremos esclavos de la dictadura del saqueo.
Por eso urge nuestra propia “destrucción creativa”: derribar lo corrupto, lo obsoleto y lo inmoral. No basta con reformar lo viejo. Lo viejo debe morir.
Las necesidades de hoy son las mismas de nuestros libertadores: justicia, orden, igualdad y libertad auténtica. Nuestro deber moral y político es revertir la antipatria, reconstruir la conciencia nacional y unificarnos en defensa de la Constitución y del Estado Social y Democrático de Derecho.
Una nación no es un imaginario. Es acción, hábito y costumbre. Se construye sobre valores éticos, culturales y espirituales. Y si la Constitución ha sido ignorada por la élite, corresponde al pueblo darle vida. Reconocer lo justo y lo injusto. Despertar la conciencia crítica. Asumir la responsabilidad colectiva de nuestro destino.
Por eso, en el Frente Cívico y Social afirmamos que refundar y renacer como nación es una empresa de todos. Debemos saber quiénes somos y qué aspiramos a ser, para construir una República auténtica, basada en la justicia, la igualdad de oportunidades y la dignidad humana.
Una nación nunca está terminada: es la permanente construcción de un ideal. Tener Patria es saber ser libres y levantar algo digno y duradero. Una voluntad de nación que surja del pueblo mismo.
La opción es clara: o seguimos bajo un sistema que nos degrada, o emprendemos el renacer que exige nuestra historia. Como enseña la ciencia económica: para que algo nuevo surja, lo viejo debe volverse obsoleto.
Ese nuevo modelo es el Estado Social y Democrático de Derecho hecho realidad. La Patria donde reinen el orden, la justicia y la igualdad de oportunidades. La República que borre las huellas del saqueo, la inseguridad y la desigualdad.
La apostasía contra la Patria de los gobernantes sin alma y sin corazón debe ser enfrentada con fidelidad, valentía y conciencia popular.
La hora no es mañana. La hora es hoy.
¡Despierta, RD!