Con las adicciones, “Tate Moca”.



Dr. Hanoi Vargas

La economía del lenguaje comparativo posibilita decir mucho en pocas palabras; cuando se usa relacionando algún aspecto de la conducta humana con otras especies, nos resulta jocoso y agradable; por eso, al decir: ese señor es “medio culebro”, “he como lo gato”, “ta chivo”, “he un toro”, “jarto como una chincha”, “es medio puerco”, “…ma que un curio”, se dice todo con casi nada.

En el presente caso, relacionamos la peculiaridad de la mosca con la evitación de las adicciones, destacando su característica huidiza debido a una visión tipo 360, que permite ver desde todos los ángulos, haciendo difícil poder “echarle mano”.

Es bueno saber que las tendencias adictivas son inherente a la naturaleza humana, y no tienen ninguna exclusividad con las llamadas drogas, ya que existen las “adicciones conductuales”, dentro de las cuales tenemos las más diversas formas de comportamientos: adicción a juegos de azar (ludopatía), a redes sociales (ciberadicción o nomofobia), adicción a pornografía…Todas ellas con básicas características: pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos; con dificultad de abstenerse a pesar de las reiteradas consecuencias.

Los indicadores claves de quienes la padecen se vinculan al tiempo invertido, su gasto económico, la “resaca moral” que dejan, la mala interrelación personal, la paz con Dios que quitan…Son fáciles de adquirir, porque apelan al llamado “cerebro reptil”, basado en el placer como principio de funcionamiento, y cuando atrapan, dificultan parar después de comenzar, pudiendo sí prometer, pero difícilmente cumplir.

Una condición de esta naturaleza, que afectará radicalmente el funcionamiento de una vida, se debe prevenir, evitándola al inicio o parándole su desarrollo; por eso, necesitamos ampliar visión para darnos cuenta cuando aparecen como simple hábito; de ahí la responsabilidad de los padres, que por “comprar tiempo”, entregan sus hijos a la compulsividad de las actividades virtuales que luego traerán dificultades en el control de los impulsos, y con ello, la intolerancia, así como deficiencias en el manejo de las frustraciones.

Muy favorable nos resulta el sano placer…Disfruta la vida, sé feliz, pero con las drogas (incluyendo alcohol), las series de Netflix, redes sociales, la internet… ¡Tate moca!

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