Cómo tratar adicción a videojuegos en menores



Lic. Hanoi Vargas Hernández

El “choque generacional” entre padres e hijos pequeños, trae consigo deficiencia comunicativa a lo interno del hogar; el uno por no alcanza el nivel del adulto, y el otro por la dificultad para condescender al estatus del infante; ello hace que se creen dos mundos paralelos donde el más joven se ve en la necesidad de buscar alternativas no presenciales.

La virtualidad es una de esas alternativas; un submundo donde se adopta un rol y reafirma la personalidad, proyectando el ser tan lejos como las fantasías virtuales lo permitan. Inicialmente es un “negocio” aceptable; el adulto siente la paz de saber al infante consigo y bajo control, sin tener que dedicarle tiempo a todas y cada una de sus ocurrencias, y el infante, gustosamente, pasa su tiempo muy entretenido. Así trascurren meses y años, hasta aparecer indicadores de patrones obsesivos y compulsivos que se muestran en no priorizar responsabilidades, disminución de la vida social y total rebeldía al control del tiempo; queriendo sólo dedicarlo al uso desmedido de los juegos electrónicos.

Cuando ya está ahí, no queriendo salir de la habitación, descuidando estudio, sustrayendo dinero de tarjetas ajenas para comprar nuevas versiones de juego, limitando el compartir familiar y relacionándose cada vez más con personas vinculados a esa actividad, entonces hablamos de adicción a videojuegos ¡Ya se ha enfermado! Y la Organización Mundial de la Salud (OMS), le da un diagnóstico: “Trastorno por uso de videojuegos”. Su bioquímica cerebral ha sido impactada de forma neurodopaminérgica, parecido al efecto de cocaína sobre el Sistema Nervioso Central.

Por dichas afecciones mentales y cerebrales, no podríamos culpar a los padres, ya que todo se da en un marco circunstancial de ignorancia en el tema; no obstante, sí lo son en cuanto a ser preventivos y correctivos a partir de recibir la presente alerta, por lo que daremos las siguientes recomendaciones:

• No facilitar más medios electrónicos que promuevan el problema
• Distribuir mejor su tiempo, diversificándole sus actividades, aunque signifique inversión de dinero o propio tiempo
• No le permitas más de 2 horas en actividades virtuales, y si resiste los límites, restringe la señal de internet u otros medios electrónicos; no tenga temor por las “rabietas”, son una forma de “síndrome de abstinencia”, que pasarán debido a la permanencia de las medidas restrictivas, las cuales podrían ser indefinidas, en caso de no ajustarse.
• Procura que socialice con personas de su edad, fuera de actividades virtuales
• Evita que trasfiera su compulsividad hacia otra modalidad virtual parecida

Si no puedes manejar estas medidas, o sientes que todo ha salido del posible control, entonces debes contactar una entidad dedicada a la modificación conductual en los temas de adicción; y evitar con ello que pueda en lo futuro buscar modalidades adictivas más perjudiciales.

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