La Marea Roja:



¿LLEGARÁ A LA COSTA DE COLOMBIA?
-Ramón Vargas

El 29 de mayo se celebrarán las elecciones para elegir un nuevo presidente en Colombia.
El País de la cumbia es el cuarto más grande de Sudamérica, con más de 51 millones de habitantes y fronterizo con 5 países.

Colombia no es cualquier país por todos los intereses en juego; estas son quizás las elecciones más importantes en lo que va de siglo.

Todas las encuestas dan como amplio favorito a Gustavo Petro. Esto representa un dolor de cabeza para Washington y el uribismo.

Si Norteamérica pierde parte de la influencia que siempre ha tenido, sobre todo después de la goleada recibida el pasado año, Arce en Bolivia, Castillo en Perú, Castro en Honduras y Boric en Chile, sería catastrófico para su política de presión y dominio en nuestro Continente.

Y es que Bogotá se ha convertido en una extensión del Comando Sur de los Estados Unidos en América Latina. Para el uribismo, que ha dominado la política colombiana en los últimos años y que viene en un proceso continuo de desinflamiento, sería desastroso.

Su líder, Álvaro Uribe, en un gobierno de Petro con una justicia medianamente independiente, deberá enfrentar todos los expedientes que lo involucran con grandes crímenes y asociación con grupos delictivos.

La imposibilidad que hasta ahora han tenido en articular una fuerza alternativa a Petro, complica aún más la situación para los sectores, que tradicionalmente han manejado la política en Colombia.

Fajardo, que en principio se veía con posibilidades, se ha caído en las encuestas; esto en razón que la gente lo percibe como posible aliado de Uribe. Ante la situación planteada, Petro debe moverse con mucho cuidado; en ese País hermano hay una larga tradición de asesinatos de líderes y candidatos.

El 9 de abril de 1948 fue asesinado uno de los líderes más carismáticos, Jorge Eliécer Gaitán, dando origen a un conflicto que hoy, más de 70 años después, se mantiene. En el 85 fue asesinado Iván Ospina y en el 90, Carlos Pizarro, todos candidatos presidenciales. Todos los días en ese País asesinan periodistas, líderes comunitarios y defensores de los derechos humanos.

La posible llegada al poder de Petro significará cambios importantes que los sectores oligárquicos y los grupos paramilitares no aceptarán tranquilamente. Ojalá equivocarme, quiero equivocarme, y que todo transcurra en paz; para que ese querido hermano País, en el campo disfruten en alegría su bandeja paisa y en las ciudades bailen cumbia.

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