Dos Giras, Dos Resultados




Ramón Vargas

Las giras desarrolladas por Joe Biden y Vladimir Putin por el Medio Oriente nos deja varias enseñanzas: el inexorable declive de la otrora hegemónica potencia norteamericana y el auge de otros actores regionales como Irán y Turquía.

Si alguien tiene dudas, solo basta leer el artículo de Karen Elliot House, ex-editora de The Wall Street Journal, que refiriéndose a la gira de Biden dijo: «sin ningún progreso; peor que una verguenza». Y de manera irónica señaló: «lo más relevante fue el choque de puños con el líder de facto Mohamed Bin Salman». Y que la vieja promesa de convertir Arabia Saudita en un País paria, por la muerte del periodista Jamal Khashoggi, la dejó engavetada en la oficina Oval de la Casa Blanca.

Para la mencionada periodista, Biden fue a pasar vergüenza al país árabe, donde no logró nada trascendental en contraste de otras ocasiones en las que Estados Unidos establecía la regla y el orden. En cambio, la gira de Putin, a quien disque están aislando, está siendo muy exitosa.

En su llegada a Teherán para reunirse con Recep Tayyip Erdogan y el mandamás iraní Edrahim Raisi, para reuniones tripartita y bilaterales, donde tratarán varios temas desde la aplicación de los acuerdos de Astaná, para reactivar como solucionar el conflicto sirio; y otros tratados bilaterales ruso‐turco y ruso-iraní.

Mientras los temas importantes se tratan al margen de Norteamérica (algo impensable años atrás), la influencia de Washington en una región que dominaba a su antojo, salvo el apoyo de Israel que, además, debe mantener un equilibrio con Rusia, para que le ayude conteniendo a Irán en Siria, Hezbollah en el Líbano y a los radicales en Palestina; hoy, en esa caliente región, su influencia es mínima. Y lo más irónico es que son sus otros aliados que no tienen la relación con Estados Unidos como una prioridad.

El caso de Turquía merece un capítulo aparte… ese País perteneciente a la OTAN, con el segundo mayor ejército, hace tiempo que desarrolla una relación más estrecha con Rusia que con ese agresivo bloque occidental.

Ya son los políticos occidentales que reconocen los indetenibles cambios en el mundo. Tony Blair, el ex-primer ministro inglés, el mismo que se prestó para apoyar a George W Bush en la invasión de Irak, reconoce que la multipolaridad es una realidad.

La política de sanciones y de aislar a Rusia cada vez más, como señaló Viktor Orban, el primer ministro húngaro, pasó de ser un disparo en el pié a una metralla en los pulmones…

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