China y su milagro económico



Isidro Toro Pampols

La “economía socialista de mercado” que China exhibe con tanto éxito es el resultado de un proceso que puede parecer largo, pero desde la perspectiva histórica es lo contrario. Igual es un tema que convoca al debate incluso acalorado. Aquí vamos a reseñar algunos datos para aguijonear el espíritu investigador que contribuya en cada persona a formarse una opinión de acuerdo con sus conclusiones.

Mao Zedong o Mao Tse-tung fue líder del Partido Comunista gobernando el país desde 1939 hasta su muerte en 1976, centrando su atención en el fortalecimiento del potencial revolucionario de la masa campesina sobre cualquier otra clase social. No es la idea tratar el tema Mao, pero si es importante recordar su “revolución cultural”, entre 1966 y 1976, la cual buscó eliminar los residuos de “cultura burguesa” que aún quedaban en China, lo que incluía aspectos económicos.

Tras el fallecimiento de Mao, China inicio un viraje que los dirigentes chinos lo resumen en cuatro etapas: la primera, entre los años 1978 y 1984 en que deciden apartar el sistema económico de las ideas maoístas. Entre 1984 y 1992 se ubica la segunda, tiempo en que se traslada el centro de gravedad de la economía del campo a la ciudad, de una fundamentalmente agraria a una industrial y comercial, incorporando organización y método propios del sistema occidental e incluso dando apertura controlada a la inversión extranjera. Tercera, a partir de 1992 comienzan a trabajar en lo que llaman la “economía socialista de mercado”, enfocándose en la formación del precio, variables macroeconómicas y diversificación de formas de propiedad. Finalmente, la cuarta, en noviembre del 2002 con el inicio del XVI Congreso del Partido Comunista reunido en Pekín que llevo a Hu Jintao a presidente del país el año 2003, avanzando en las reformas del sistema económico hasta noviembre del 2012, fecha en que asume la presidencia Xi Jinping, quien continua el plan.

Veamos algunos ítems que se destacan en estos tramos. Avanza el proceso de desmonte del control estatal de la economía pasando de un sistema de intervención directa a la utilización de instrumentos jurídicos y económicos como políticas fiscales y monetarias, o sea, impuestos, tasas de interés, manejo crediticio, emisión de moneda, entre otras. Se abre más las puertas hacia el exterior y se implementa un agresivo programa de innovación tecnológica que transformó el ineficiente aparato científico existente en una fuente de progreso sostenido.

Todo este cambio no se puede dar sin una transformación ideológica profunda que fue mover la orientación del sistema que pasó de “a cada uno según sus necesidades” al liberal “a cada uno según su trabajo”, lo que estimula la acción individual en búsqueda de mejores oportunidades y salarios, sin tocar la esencia autoritaria del sistema. Otro ítem que cambio fue el criterio de propiedad estatista a coexistir con variadas formas: la estatal, la colectiva, la individual y la privada extranjera. El año 2007 se reformo la Ley de Propiedades y estas se colocaron en un mismo nivel y excluyó el usufructo de los campesinos de tierras estatales y eliminaba las expropiaciones de los fundos agrícolas.
Si revisamos las fechas señaladas, los cambios en China comenzaron mucho antes que la perestroika soviética en Rusia y el proceso ha sido más estable y la dinámica, en términos macroeconómicos e incluso por sus informaciones sobre el crecimiento de la clase media, más productiva.

Algunos aspectos que reseña la prensa internacional como el régimen autoritario imperante en el sistema político de partido único, así como los reducidos beneficios laborales en términos de salarios y condiciones así como los incentivos para el establecimiento de fábricas de las llamadas offshoring en territorio chino, estos últimos han contribuido con la depauperación de los ingresos de los trabajadores en países como México, Brasil, Tailandia, entre otros, por el nivel de bajos precios de las manufacturas chinas. Es impactante como el mundo esta invadido de productos y souvenir propios de un país que deberían ser fabricados allí, cuando se registra el lugar de producción dicen “made in China”.

China afronta grandes retos. Cada año se incorporan alrededor de diez millones de personas al mercado laboral, tiene que alimentar a más de mil trescientos millones de personas, confronta graves problemas medioambientales gracias a su agresiva política de desarrollo industrial que depredo extensas áreas naturales, de las veinte ciudades más contaminadas del planeta dieciséis están en China, la desertificación amenazas grandes regiones y cinco de sus siete grandes ríos presentan niveles alarmantes de contaminación lo que afecta a unas trescientos millones de personas que consumen agua corrompida. Frente a esto, la revista china de negocios “Hurun Report” exhibe con orgullo que en 2017 el país asiático tiene más multimillonarios que los Estados Unidos.
Con estos datos y otros que se encuentran es diversos portales, cada persona se puede hacer una opinión más sosegada de la realidad China y de su influencia en el mundo actual.

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